Bogotá (Lunes, 24-05-2010, Gaudium Press) Hoy la Iglesia celebra la fiesta de María «Auxilio de los Cristianos». La historia de esta denominación, que recibió la Madre de Dios, se remota a las primeras comunidades cristianas, de quienes se dice invocaban con frecuencia la protección y el amparo de la Virgen María, cuando eran víctimas de las persecuciones romanas, incluso uno de los títulos que con mayor frecuencia se utilizaba para hacer referencia a la Virgen, era el de «Auxiliadora».
Fue en el siglo VIII cuando la devoción a María Auxiliadora empezó a ser extensiva, esto gracias a San Juan Damasceno, teólogo y Doctor de la Iglesia, quien creó la jaculatoria «María Auxiliadora, rogad por nosotros», y quien decía que la Virgen es Auxiliadora «para conseguir la salvación, (…) para evitar los peligros, (…) en la hora de la muerte».
Por Guervos |
Pero, fue solo hacia el año 1572 cuando la devoción a la madre Auxiliadora se hizo popular, debido a que Pío V quiso, en modo de agradecimiento a la Madre de Dios -a quien se le atribuyó la victoria de la flota cristiana frente a la turca, en la batalla del golfo de Lepanto, donde se pidió su intercesión con el rezo del rosario-, ordenó incluir, en la oración mariana, la jaculatoria que siglo atrás había creado San Juan Damasceno.
Siglos más tarde, más exactamente en el año 1814, fue Pío VII quién instituyó el 24 de mayo como la fiesta de María Auxiliadora, esto como homenaje a la Madre de Jesús a quien el pontífice pidió constantemente su auxilillo durante su cautiverio de 5 años de cárcel, por orden de Napoleón.
La devoción mariana de San Juan Bosco
Se puede decir que el mayor impulso que recibió la devoción a María «Auxilio de los Cristianos», se debe gracias a San Juan Bosco, quien se encargó, a través de la Obra Salesiana, de propagar el amor a la Auxiliadora en el mundo entero.
La historia narra que en varias ocasiones se le apareció en sueños a Don Bosco la Madre de Dios. En uno de los cuales, la Virgen le pedía al hoy santo que construyera un templo y que la invocara con el nombre de «Auxiliadora». El mismo San Juan Bosco, cuando vio terminado el templo en su honor dijo: «cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen», puesto que la construcción empezó con únicamente 3 monedas de 20 centavos, y logró ser terminada en escasamente 4 años.
Hoy la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco en Turin, Italia, es la casa madre de la Obra Salesiana, y el santuario más importante dedicado a la Auxiliadora.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
Deje su Comentario