Washington (Martes, 25-05-2010, Gaudium Press) A dos meses de haber sido aprobada la reforma a la salud por parte del Congreso de los Estados Unidos, los obispos de ese país piden de nuevo que se tomen medidas para proteger la vida de los más vulnerables, se proporcione justicia a las familias inmigrantes y se garantice la protección a la conciencia individual y de las instituciones.
La solicitud fue dada a conocer por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), en un comunicado firmado por el Cardenal Daniel DiNardo, Presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, Mons. William Murphy, Presidente del Comité de Obispos para la Justicia la Paz y el Desarrollo Humano, y Mons. John Wester, Presidente del Comité de Obispos para la Inmigración de la USCCB, y que fue dado a conocer el pasado 21 de mayo.
En el mensaje los prelados dicen que el resultado final de la nueva legislación -la cual amplía la cobertura de la salud, implementa reformas necesarias y brinda apoyo a las familias, de manera especial a las mujeres embarazadas y padres adoptivos-, también «perpetúa graves injusticias a las familias inmigrantes y hace cambios inquietantes en la política federal sobre el aborto y el derecho de conciencia».
Mantener lo que es bueno de la nueva ley
Igualmente, señalaron que, a raíz de la promulgación de la legislación, el desafío ahora es más sencillo, puesto que «los defectos pueden ser juzgados con sobriedad por derecho propio, y las soluciones pueden avanzar en el Congreso, manteniendo lo que es bueno en la nueva ley».
Los obispos también recordaron que, desde la primera declaración que realizaron ante el Congreso, hace un año, siempre han estado de acuerdo con una reforma de cobertura universal, especialmente que atienda a los más pobres y necesitados, pero que esté diseñada de acuerdo con la dignidad de cada persona, «y dentro del pleno respeto por la vida, la salud y la conciencia de todos».
Del mismo modo, insistieron en que las disposiciones de la enmienda Hyde y otras leyes vigentes, las cuales prohíben la financiación del aborto con recursos federales y los planes de salud que pagan por un aborto, «deben conservarse en esta o cualquier nueva legislación».
Foto: Fabio Floriano |
Más adelante, señalaron, de forma categórica, que «hay que oponerse al avance del aborto electivo en la sociedad, especialmente de la autoridad gubernamental y del financiamiento para su avance».
Finalmente, dirigiéndose a los fieles de los Estados Unidos, señalaron que la reforma -tal como fue aprobada- «proporciona una nueva oportunidad para que la comunidad católica se una en defensa de la vida humana, los derechos de conciencia y la justicia para los inmigrantes», buscando un sistema de salud que realmente respete la vida, la dignidad y la conciencia de todos.
Con información de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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