Bogotá (Martes, 01-06-2010, Gaudium Press) Elaborada en madera, con una superficie que fue modelada en cera y de unos 47.5 cm de alto, de rostro sereno, amable y lleno de gracia, la imagen del Niño Jesús, que desde el siglo XVII reposa en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria en Praga, capital de la República Checa, es uno de los íconos de Dios infante más venerados en el mundo entero. Su fiesta principal se celebra el primer domingo del mes de junio, pero en algunos países se conmemora hoy.
Imagen del Niño Jesús en Praga |
Se afirma que la imagen del Niño Jesús de Praga -nombre que recibe la estatua milagrosa, cuya mano derecha está en actitud de bendecir, la izquierda tiene una esfera dorada y que representa a Jesús cuando tenía solo pocos años- es originaria de España, de algún convento entre Córdova y Sevilla, y se cree fue elaborada en el siglo XVI.
Narran piadosas tradiciones que la imagen del pequeño Jesús fue elaborada por fray José de la Santa Casa, a quien el niño Dios se le apreció en varias ocasiones, en una de las cuales le modeló. Se afirma que el fraile, una vez terminó la imagen -la cual le quedó igual a la del Sagrado modelo- rompió en risas y en llantos, y murió a los pies de la imagen. Tras su muerte, los religiosos que vivían en el monasterio con fray José situaron, con gran devoción, la estatua en el oratorio del lugar.
De España a República Checa en Praga
Asevera la historiografía que la imagen llegó a Praga por medio de María Manrique de Lara, duquesa que hacia 1556 viajó a Bohemia -una las regiones históricas de la República Checa- para casarse con un noble del lugar, y quien recibió de su madre la imagen del Santo niño como regalo de bodas.
Años más tarde su hija, la princesa Polixena de Lobkowicz, heredó el icono del infante, quien tras quedar viuda -aproximadamente en el año 1628- decidió llevar la imagen al monasterio de los Carmelitas Descalzos en Praga, vecino a la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria -hoy casa del Niño Jesús de Praga-. La historia dice que cuando la princesa entregó la estatua del niño a los Carmelitas les dijo: «Padres míos, os entrego lo más preciado que poseo en el mundo: Honrad mucho a este Niño Jesús y nada os faltará». También se afirma que fue la misma Santa Teresa de Jesús -fundadora de las Carmelitas Descalzas y gran devota al Niño Jesús-, quien le entregó la imagen a la madre de María Manrique de Lara.
La imagen restaurada
Fachada Iglesia de la Virgen de la Victoria |
Hacia 1631 los carmelitas se vieron forzados a dejar el monasterio en Praga y trasladarse a Munich, Alemania, por causa de la Guerra de los Treinta Años, que por entonces afectaba a Europa. Mientras duró la guerra, que fue especialmente difícil en Praga, la iglesia fue destruida y el monasterio saqueado, quedando olvidada entre los escombros la imagen del infante.
Años después, tras el regreso de los carmelitas a Praga, alrededor del año 1637, la estatua del Niño Jesús fue hallada sin manos por el Padre Cirilo de la Madre de Dios, quien provenía de Luxemburgo y que, más adelante, en oración frente a la imagen del infante, sintió que el Niño Jesús le decía: «Tened piedad de mí, y tendré misericordia de ti. Dame las manos y yo os daré la paz. Cuanto más me honréis, más os bendeciré». Tiempo después, tras algunas dificultades para restaurar la imagen, el Padre Cirilo logró cumplir los deseos del Niño Dios, gracias a un desconocido que se presentó en el monasterio, quien, al notar que la imagen no tenía manos, se ofreció a recuperarlas.
Se dice, también, que a partir del momento en que se restauraron sus manos, el Niño Jesús empezó a traer grandes bendiciones a Praga, comenzando con el monasterio y la población local, donde se dieron a conocer varias curas milagrosas atribuidas al Pequeño Dios.
Desde entonces, la devoción a la infancia de Jesús empezó a extenderse por toda Europa, y poco tiempo después, el mundo entero. En América Latina, la infancia de Jesús se venera, de manera especial, en países como Colombia y Perú, lugares donde hay réplicas idénticas a la imagen de Praga.
El año pasado, el 27 de septiembre de 2009, la imagen del Niño Jesús de Praga fue coronada por el Papa Benedicto XVI, con ocasión de la visita que el Sumo Pontífice hizo a República Checa.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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