Rancagua (Martes, 01-06-2010, Gaudium Press) El pasado fin de semana se celebró en la Iglesia de Rancagua los 31 años de vida episcopal de monseñor Alejandro Goic Karmelic, Pastor de la diócesis y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile. Con una emotiva eucaristía y acompañado de su comunidad eclesial, el obispo agradeció a Dios este hermoso don y la posibilidad de dedicar su vida al servicio de sus hermanos.
Respecto de lo que ha sido esencial en su vida como obispo, monseñor Goic expresó en su homilía: «Para mí lo fundamental es que el pastor sea un seguidor de Jesucristo y que ayude a la gente al encuentro con Cristo. En esencia, lo fundamental de mi vida episcopal, lo que he procurado hacer -y sólo Dios sabe si lo he logrado- es que Cristo sea realmente el centro de mi vida, y que pueda ayudar a mis hermanos a que Cristo sea el centro de sus propias vidas en la vocación que Dios nos ha regalado a cada uno».
En la ocasión, el prelado se refirió al difícil momento que atraviesa la Iglesia chilena debido a las acusaciones que se han hecho públicas en contra de algunos sacerdotes. Pero también enfatizó que estos hechos aislados no nos deben hacer olvidar la vocación de miles de sacerdotes que hacen de sus vidas una constante entrega a Dios y a sus hermanos.
«Frente a los problemas que vive la Iglesia, quiero destacar en este día mi aprecio y mi amor a los sacerdotes. Más allá de las defecciones de algunos y de los escándalos que otros han protagonizado, poco se habla de los miles y miles de sacerdotes que, a lo largo y ancho del mundo, viven entregados a los demás. Valoro la vocación sacerdotal como un don absolutamente necesario para la vida de la Iglesia hoy, mañana y siempre», afirmó.
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