Iskenderun (Martes, 08-06-2010, Gaudium Press) Ocurrió ayer en la ciudad turca de Iskenderun el funeral del presidente de la Conferencia Episcopal del país, Mons. Luigi Padovese, muerto la semana pasada a los 63 años.
Los ritos, que contaron con una presencia maciza de fieles, fueron presididos por el arzobispo de Esmirna, Mons. Ruggero Franceschini. Conforme reporta la Radio Vaticana, el arzobispo destacó en la homilía de la misa «el buen amigo del pueblo turco y de Turquía» y lamentó que la muerte -el obispo fue asesinado a puñaladas en su residencia- refuerce a Turquía como «un lugar de martirio, hasta para alguien que lo amó tanto».
Según las primeras investigaciones, el arzobispo, que además de presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía era también vicario apostólico de Anatolia, fuera muerto por su chofer, Murat Altun, de origen musulmán.
Incluso por los contornos que tuvo, la muerte del prelado, según Mons. Ruggero, aún es de difícil comprensión, ya que Mons. Luigi Padovese era conocido justamente por su diálogo fructuoso con musulmanes y representantes de otros credos, además de ampliamente respetado por las autoridades civiles.
«Una muerte violenta que nos causó conmoción. Aún no comprendemos cómo puede suceder algo tan horrible, sobre todo a un hombre de la Iglesia, un obispo muy amigo de los turcos. A nosotros, cristianos, su muerte nos recuerda cómo la fidelidad al Evangelio puede costar la sangre».
A pesar del momento de dolor y consternación, Mons. Ruggero pidió que los católicos no desanimen ni tengan miedo:
«Estén alegres, como los apóstoles, por vivir la prueba sin desfallecer en la fe, que es el motivo de nuestra esperanza, el fundamento de nuestra alegría. Nadie conseguirá apagar esta llama, pues es apoyada no solo por tantos mártires y santos de estos lugares, por la Virgen Santísima, patrona de esta comunidad, sino también, desde hoy, por un ángel más en el trono de Dios: el obispo Luigi».
El prelado también pidió oraciones por la reconciliación de Oriente Medio, con votos de que «los corazones puedan redescubrir el camino de la paz, para una coexistencia armoniosa, en colaboración con el bien común».
Mons. Luigi Padovese pertenecía a la Orden de los Frailes Capuchinos. El féretro va hoy a Milán, donde será sepultado en la tumba de la familia.
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