viernes, 22 de noviembre de 2024
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Monaguillos: servicio a Dios "con alegría y amor"

Bogotá (Martes, 08-06-2010, Gaudium Press) Con edades que oscilan entre los 9 y los 15 años -algunos son más pequeños-, los monaguillos, o cuidadores del servicio del altar -también conocidos como acólitos-, son parte importante para la Iglesia, de manera especial, durante las celebraciones eucarísticas.

Aunque, en ocasiones, ellos lleguen a pasar inadvertidos, los acólitos tienen la misión principal de acompañar al sacerdote ayudando en la misa, ya sea preparando el altar, sosteniendo el misal, encendiendo el turíbulo o incensario, alzando los cirios, entre otras labores que desempeñan.

Monaguillos1.jpgGaudium Press tuvo la oportunidad de compartir con algunos acólitos que hacen parte del grupo de monaguillos de la Parroquia Niño Jesús de Praga, Iglesia ubicada en el norte de Bogotá, que con tan solo 3 años y medio de haber sido instituida, ya cuenta con 20 acólitos, un grupo diverso de niños y adolecentes -que nació casi a la par que la Parroquia- a quienes los une un deseo común: su gran amor a Dios y sus ganas de servirle.

Esto fue lo que dijo Oscar Javier Sierra, monaguillo desde hace 2 años, quien asegura que «lo que más le gusta de ser acólito es servir a Cristo». O lo que manifestó Diana Carolina Daza, de 12 años, quien siente que Dios la llamó para ser monaguillo para servirle «con una sonrisa y con amor».

Asimismo, Daniel Figueroa, de 15 años y quien es monaguillo desde el 2008, tomó la decisión de ser monaguillo, en parte, por la amorosa acogida como fue recibido en la Parroquia: «lo chévere fue que en la Parroquia me recibieron con amor, y creo que eso es lo que caracteriza a esta obra; el amor. Llevo aquí un año y medio, y siento que llevara más».

Un lugar para encontrar a Dios y hacer amigos

Otros, por su parte, quisieron ser acólitos para encontrar a Dios y sentirse más cerca de Él, como lo expresó Nicolás David Rojas -de 11 años y uno de los primeros acólitos que comenzó en la Parroquia del Niño Jesús-, quien se siente muy a gusto con su servicio, «con el servicio que estoy haciendo ante Dios» -como señaló-, y quien recuerda que su primera misa «fue muy bonita», porque sintió que «estaba con el Niño Dios».

Algo similar, vivió su hermana, María Fernanda Rojas, quien comenzó siendo acólita cuando tenía solo 4 años, y quien recuerda que su primer día como monaguillo -que fue en una eucaristía de un viernes- sintió como si estuviera al lado de Dios.

Para otros, ser parte del grupo de monaguillos ha sido una oportunidad para participar de experiencias de fe similares con niños que comparten las mismas creencias, y de hacer parte de un espacio sano para hacer amigos. Esto fue lo que dio a entender Gina Fernanda Guerrero, de 9 años, quien dijo que lo que más le gusta del grupo -además de poder servirle a Dios- es que en él «podemos hacer muchas cosas divertidas, trabajar con nuestros compañeros y hablar de Dios».

La formación del grupo de acólitos de la Parroquia Niño Jesús de Praga está a cargo, actualmente, de la hermana Sandra Milena Prieto, de las Hijas Misioneras del Amor del Divino Infante de Praga -comunidad en proceso de fundación que nació de la misma parroquia-, así como el constante acompañamiento del Padre Mario Herrera, párroco de la iglesia bogotana. La Hermana Sandra -como la llaman los niños-, además de orientar a los monaguillos en la parte teórica, se encarga de coordinar las actividades que los acólitos realizan, como son los ensayos de las procesiones y la formación en el servicio del altar.

Gaudium Press / Sonia Trujillo

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