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Lima (Martes, 15-06-2010, Gaudium Press) Una semana después de la gran celebración del Corpus Christi en el Campo de Marte el 6 de junio pasado, ceremonia que clausuraba el I Congreso Eucarístico y Mariano (CEM 2010), Lima vivió otra celebración de no menor significado el domingo pasado como es el «Corpus Christi Andino», presidido en la Basílica Catedral de la capital peruana por el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de la ciudad.
El «Corpus Christi Andino» es la celebración de la exaltación del Cuerpo de Cristo realizada por los pueblos de habla quechua, particularmente los habitantes de las zonas altas de los departamentos de Cusco, Huncavelica, Apurímac, Ayacucho y Puno. La celebración realizada en la Catedral primada del Perú contó con representantes de todas estas regiones y especialmente quechua-hablantes residentes en Lima. La conmemoración incluyó procesión en la bella Plaza de armas limeña, en la que se llevaron en romería imágenes tradicionales de la piedad de esas poblaciones.
«Mantengan sus costumbres, estas imágenes, estas novenas de oración. Mantengan la tradición de la fe». «No olviden a sus abuelos que rezaban el Santo Rosario, que se acercaban a la confesión, que cuidaban siempre a sus hijos». Son -las anteriores- expresiones con las que el purpurado limeño instaba a las poblaciones de habla quechua a preservar y reavivar sus manifestaciones culturales cristianas a la luz del misterio eucarístico: «Nos une el amor a Dios, la fe en Jesucristo, la fe en la Iglesia católica, el amor a los santos y a las santas. Nos une una profunda devoción a la Virgen María. Todo esto es un compromiso que nos hace pensar en la grandeza del misterio de la Eucaristía», expresó el Cardenal Cipriani.
Esta conciencia de haber sido bendecidos por la fe en Cristo y en la Iglesia, en la mente del Arzobispo de Lima debe tener consecuencias prácticas en la vida social y familiar: «Gran obligación, Cristo que vive en mí, para que me porte bien, para que cuide a mi familia, eduque a mis hijos, para que viva la verdad, la paz y la justicia, Cristo vive en mi porque lo como, porque ha vuelto por mi».
«Quiero cuidarte más, adorarte más, quiero recibirte con el alma limpia, pero esta riqueza de estas hermandades, de estos hermanos nuestros que vestidos en esa tradición maravillosa de sus pueblos, traen a Lima la señal de la fe de sus padres y abuelos; este pueblo peruano sigue brillando con la luz de la fe en Cristo, en la Cruz, resucitado, Eucaristía, y esto siempre al lado de nuestra madre, la virgen María», afirmó el Cardenal en otro de los apartes de su homilía.
Mucho se le perdonó porque mucho amó
Reflexionando sobre la lecturas evangélica propia del día, que trataba sobre la mujer pecadora que entra a la casa del fariseo Simón y lava con sus lágrimas los pies de Cristo y los enjuga con sus cabellos, el purpurado frisó el hecho de que el perdón otorgado por Cristo a esa mujer se debió a su mucho amor: «Simón, me has invitado a tu casa,-afirmó el Cardenal parafraseando la lectura bíblica- pero no me has ofrecido el agua para lavarme, no me has ofrecido la amistad en el saludo al llegar a tu casa, pero esta mujer desde que llegué está llorando por sus pecados, y con sus lágrimas me lava los pies y me besa, a quién voy a querer más, a quién voy a perdonar más, a ti fariseo hipócrita, que todo lo criticas, o a ti mujer sincera, honesta, has sido muy pecadora, pero ahora te arrepientes. Hermanos, esta es la lección, Jesús ha venido a buscar a los pecadores. Por lo tanto, cuando leemos aquí que se le ha perdonado mucho, porque ha amado mucho.»
Asimismo, el Cardenal Cipriani agradeció a los miembros del Colegio de Ingenieros del Perú, con su Decano a la cabeza, quienes acudieron a la Iglesia Primada para celebrar el 48º aniversario de creación de su institución.
Concelebró la eucaristía el Padre Luis Ayala, Vicario Pastoral de los quechua-hablantes residentes en Lima.
Con información y fotos de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima
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