Porto Alegre (Miércoles, 16-06-2010, Gaudium Press) Mantener la llama donde está implantada, y evangelizar nuevos continentes, es la misión del cristianismo. A estos desafíos, el tiempo actual agregó una nueva y difícil tarea: ser misionero en el continente cibernético, en el cual transitan millones de personas de todos los rincones de los cinco continentes. El padre Jacques Szortyka Rodrigues, párroco de la Catedral Metropolitana de Porto Alegre, en Brasil, habla sobre este tema y ofrece pautas de cómo el evangelizador debe estar inserto en el mundo virtual sin comprometer la presencia real en la comunidad reunida.
El joven sacerdote de 34 años, natural del municipio de Guaíba, en el estado de Río Grande del Sur, usa las herramientas de la informática como un apoyo para la evangelización. El Padre Jacque sabe que el Papa Benedicto XVI siempre destaca la necesidad de usar todos los medios que están a disposición para llevar el mensaje del Evangelio. «A través de internet se llega a la vida de muchas personas y lugares muy distantes. El cyber-espacio no tiene geografía», resalta.
Percibiendo el avance de las tecnologías de la información, y el gran número de personas que podría alcanzar, el sacerdote vio la importancia de la virtualidad en la transmisión de la Buena Nueva y se adhirió a algunas de estas herramientas. Él posee un blog, participa en Facebook, Twiter y Orkut, y afirma que el retorno de sus fieles ha sido impresionante.
«En el Orkut, por ejemplo, hay gente preguntando los horarios de misa, horarios que atiendo las confesiones. Hay pedidos, cuyo acceso es exclusivo mío, de consejos espirituales. Son personas que no disponen de un tiempo para venir hasta la parroquia y conversar personalmente. Uso también el MSN y el e-mail», afirma.
«Nunca internet substituirá la presencia del padre en la comunidad»
Aún adhiriendo y utilizando estos nuevos medios de evangelización, el religioso resalta que la presencia, la viva voz en la liturgia de la palabra y en la animación de la comunidad, continúa siendo fundamental en la vida de la Iglesia. Según él, internet no substituye, de modo alguno, la presencia real. «Nunca internet substituirá la presencia del padre en la comunidad, en torno de la palabra y la eucaristía. No hay nada como celebrar la palabra de Dios en la comunidad reunida», dice.
Para el Padre Jacques, como todo en la vida, es preciso un equilibrio, la virtud está en medio. Él cree que el sacerdote debe hacerse presente en las comunidades virtuales, usar las nuevas tecnologías, pero únicamente como herramientas. «De lo contrario, se convierte en sacerdote de gabinete y queda sin el contacto con las personas. Con eso, mostraría que no entendió nada aún de lo que es el sacerdocio», concluye.
En el espacio cibernético la Iglesia encuentra óptimas oportunidades de aproximarse a los fieles y potenciales fieles. En el «Mutirão» de Comunicación de América Latina y el Caribe, realizado en febrero de este año, se debatió esta cuestión y se resaltó la importancia de que la Iglesia asuma un eje articulador de un mensaje diferente, utilizando todos los medios posibles para difundir la fe, el discurso profético y la transformación que el mundo tanto carece.
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