Río de Janeiro (Miércoles, 30-06-2010, Gaudium Press) Lluvia, sol, viento, frío. Nada de eso impidió que decenas de trabajadores realizasen las obras de restauración del Cristo Redentor en el cerro del Corcovado, en Río de Janeiro. Conforme previsto en el cronograma inicial, el monumento fue entregado al público hoy miércoles.
Para marcar la entrega, una serie de actividades fue programada teniendo como punto culmen la oración del Ángelus presidida por el arzobispo metropolitano de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta. Durante todo el día están agendadas misas en la capilla localizada a los pies de la estatua y dedicada a la Virgen.
La imagen, que está entre las siete nuevas maravillas del mundo, estuvo 120 días cubierta por 89 toneladas de andamios para que los obreros pudiesen reponer mosaicos de piedra-jabón, drenar 300 litros de agua, reparar pequeñas rajaduras, rehacer rejuntes y ejecutar la limpieza general.
En 2011 el Cristo Redentor cumplirá 80 años y para que el monumento estuviese listo y completamente restaurado para las conmemoraciones que están siendo programadas por la arquidiócesis de Río de Janeiro fueron invertidos 7 millones de reales en asociación con la empresa privada.
Sobre el monumento
La idea de construir el monumento surgió en 1921 para marcar las conmemoraciones del primer centenario de Independencia del Brasil, que acontecería al año siguiente.
Para escoger el lugar donde la obra sería realizada, el Círculo Católico presentó varias propuestas, entre ellas los cerros del Pan de Azúcar y San Antonio. Entretanto, más de 20 mil personas firmaron un documento solicitando al entonces presidente de la República, Epitácio Pessoa, que autorizase la edificación en el morro del Corcovado.
El proyecto fue idealizado por el ingeniero Heitor da Silva Costa, que en 1923 firmó un contrato con la Comisión Organizadora del Cristo Redentor para la construcción de la obra y en el cual hizo la cesión de los derechos autorales.
El esbozo original de la estatua mostraba a Jesús con una cruz en la mano derecha y el globo terrestre a la izquierda. Entretanto, el entonces arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Sebastião Leme, hizo un pedido al ingeniero sugiriendo que la imagen tuviese un sentido diferente. Él entonces buscó la ayuda del diseñador y pintor brasileño Carlos Oswald que produjo la figura de Cristo teniendo un aspecto de cruz, extendiendo los brazos, como la conocemos hoy.
La recaudación de los recursos para ejecutar la obra fue hecha a través de una campaña nacional. Fieles de todas las parroquias del país ayudaron en la captación de donativos. Al contrario de lo que muchos creen hasta hoy, la imagen del Cristo Redentor no fue un regalo de Francia o habría sido construida en Francia y venido en navío a Río de Janeiro. Ella fue hecha en Brasil y costeada por brasileños.
La ejecución de los brazos fue la parte más difícil, porque no había suelo firme para apoyar los andamios. La base del pico del Corcovado era pequeña, lo que aumentó la dificultad. El menor descuido podría generar un accidente fatal. A más de 700 metros de altura, las condiciones de trabajo eran extremas y los obreros estaban expuestos a vientos fuertes, temporales, rayos, frío y calor intensos.
Sin embargo, el monumento fue inaugurado el 12 de octubre de 1931 y durante las obras ningún accidente fue registrado.
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