sábado, 23 de noviembre de 2024
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A “separarse un poco de las preocupaciones”, y hacer meditación para "escuchar la voz del Señor tu Dios", exhortó el Primado del Perú

Lima (Lunes, 12-06-2010, Gaudium Press) «Escucha la voz del Señor tu Dios»: Parafraseando a Moisés, el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, instó a la feligresía presente en la Catedral limeña a estar a la espera de la llamada de Dios, que con frecuencia es obstaculizada por el «ruido» de las ocupaciones y las preocupaciones.

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Cardenal Juan Luis Cipriani

En la homilía pronunciada el domingo pasado en la Basílica catedral, el purpurado limeño enunció lo que se podría llamar como unas breves pedagogía y metodología de la escucha de Dios: «Para escuchar hace falta separarse un poco de las preocupaciones, de las dificultades. De repente Jesús en el fondo de tu alma te está hablando, pero en voz baja y con tanto ruido no lo oyes. Para eso hermanos está la meditación, aprender a separar un poquito la vista de la curiosidad, el oído que todo lo quiere saber y mirar y oír», reflexionó.

Entretanto, al hombre le ha sido dicho: «Escucha la voz del Señor tu Dios». Es necesario escuchar esta voz para poder obtener la conversión, para dirigirse a Dios con todo el corazón y con toda el alma. Esa escucha, crea los hombres de fe.

La ‘escucha de Dios’, remite a la contemplación, particularmente del misterio de la vida, pasión y muerte de Jesucristo: «Mira la cruz, escucha ese latido del corazón, esa mirada de Cristo, esas heridas que le hemos hecho nosotros, lee el Evangelio», animó el Cardenal Cipriani. También incitó a los fieles congregados en la Basílica Catedral de Lima a hablar con Dios todos los días, al momento de iniciar sus jornadas y antes de acostarse.

El hombre transformado en su interior, manifiesta en obras esa fe que ya posee, obras impregnadas con el sello de la caridad. «Si sonríes a tu esposa y a tus hijos, es mucho; si rezas un Ave María pidiéndole a la Virgen que te ayude a ser bueno, es mucho; si vas a visitar a aquél amigo que tal vez está solo o enfermo, es mucho; si evitas una palabra de crítica, es mucho», dijo.

También, al inicio de la homilía el purpurado había transmitido la bendición apostólica recibida recientemente del Papa Benedicto XVI para todos los peruanos y comentó: «Por eso, mis primeras palabras son de amor a Dios y de fidelidad al Papa, rezando por él, obedeciéndolo, queriéndolo».

Con información de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima

 

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