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Salvador (Viernes, 16-07-2010, Gaudium Press) El 26 de julio la parroquia del Santísimo Sacramento y Santa Ana, en Salvador, Brasil, conmemorará 250 años de existencia de su iglesia Matriz. Para marcar el aniversario de la construcción de este importante templo religioso del estado de Bahía, una serie de celebraciones tendrán lugar durante este fin semana y el siguiente.
Salvador es sede de la diócesis primada del Brasil, y fue la primera capital del país colonial.
De acuerdo con el párroco de la parroquia del Santísimo Sacramento y Santa Ana, el padre José Abel Carvalho Pinheiro, las celebraciones se iniciarán este sábado «cuando los devotos de Santa Ana suban la colina sagrada del Senhor do Bonfim, templo más querido y tradicional de Salvador, para agradecer al Señor por los 250 años de la iglesia Matriz».
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| Imagen del ‘Senhor do Bonfim’ |
En la semana siguiente, habrá un hecho inédito en la Arquidiócesis de Salvador; «La imagen del Senhor Bom Jesus do Bonfim descenderá la colina especialmente para participar del acto de celebración, que se realizará el 24 de julio, en la Catedral Basílica de la ciudad», dijo el sacerdote. Conforme el párroco, este día habrá un acto, que contará con la participación del Coro São Bento da Bahia y retratará la trayectoria de la Iglesia Matriz durante sus 250 años.
Por su parte, el 25 se trasladará la imagen del Senhor Bom Jesus do Bonfim de la Catedral Basílica hasta la Iglesia de Santa Clara del Destierro. Allá habrá una recepción festiva, seguida de la celebración de la Santa Misa. El 26, fecha de cierre de los festejos, la parroquia ha preparado una serie de eucaristías dedicadas a los devotos de Santa Ana.
Cerrada para reforma
Curiosamente, la iglesia Matriz de la parroquia del Santísimo Sacramento y Santa Ana conmemorará su aniversario 250 cerrada al público. El templo se encuentra en proceso de reforma desde octubre de 2009. La obra, presupuestada en más de tres millones de reales (1.765.000 dólares aproximadamente), está modificando profundamente la estructura de la iglesia, fue aprobada por el Ministerio de Cultura a través de la Ley Rouanet y es financiada por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
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| Imagen de Santa Ana restaurada |
Según el párroco José Abel, la reforma abarca toda la parte física del templo, obras de ingeniería y optimización de espacios. El sacerdote cuenta que están siendo construidos sanitarios femeninos y masculinos, ascensores para discapacitados, facilitando el acceso a las dependencias superiores de la iglesia, una cocina, sala de recepción para bautizados y también una capilla climatizada para el Santísimo Sacramento. La obra debe estar lista en julio de 2011.
Se trata, entretanto, solamente de la primera etapa de la reforma. Según el padre, la parroquia está trabajando junto al BNDES para que sea financiada una segunda etapa, que abarcaría la restauración de los bienes móviles artísticos de la iglesia, como imágenes, telas, pinturas, estatuas y platerías. Esta segunda parte comenzaría en el 2º semestre del 2011. Sin embargo, según el padre José Abel, aún no es nada seguro. La iglesia Matriz presenta un acervo sacro de altísima relevancia histórica.
250 años de historia
La iglesia de Santa Ana tiene una historia que le acredita todos los homenajes posibles. Fundada el 26 de julio de 1760, está entre los primeros templos católicos del Brasil que fueron construidos contando con una innovación para la época, según el párroco José Abel. Fue la primera iglesia brasileña erguida con materiales y tecnología 100% nacionales. «Hasta entonces, todo venía de Portugal», explicó.
El templo forma parte, también, de la vida de personajes que ayudaron a construir la historia de Bahía. El Padre Abel cuenta que la Hermana Dulce, querida religiosa bahiana, vivía en los alrededores de la iglesia y era asidua frecuentadora del templo católico. Cuenta la historia que fue en la iglesia Matriz de Santa Anna que la hermana Dulce decidió ingresar a la vida religiosa.
Otro importante personaje de la historia bahiana que está ligada a la iglesia de Santa Ana, según el Padre Abel, es la militar bahiana Maria Quitéria, importante figura en las luchas contra el dominio de Portugal, que culminaron en la proclamación de la independencia brasileña. La heroína está sepultada en el cementerio de la Iglesia.
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