Iquique (Martes, 20-07-2010, Gaudium Press) El pasado viernes 16, miles de fieles peregrinos llegaron hasta el pequeño poblado de La Tirana para celebrar la tradicional Fiesta Grande en honor a la Virgen del Carmen. El principal templo mariano del norte de Chile recibió desde muy temprano la presencia de ministros de Estado, parlamentarios, autoridades regionales y comunales, y una gran cantidad de fieles devotos quienes por medio de coloridos bailes, cantos y oraciones manifestaron su fidelidad y cariño a la «Carmelita».
Mons. Marco Antonio Órdenes |
La eucaristía principal fue presidida por el Obispo de Iquique, monseñor Marco Antonio Órdenes, y concelebrada por el Arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati, y el Rector del Santuario de La Tirana, padre Franklin Luza.
«Cuando en la tarde contemplaba la fila enorme de peregrinos que querían pasar delante de la Virgen, me quedé un rato mirando su rostro, y comprendí que entre el norte de Chile y la Virgen María hay una alianza del todo especial que nos hace bien a todos», dijo al iniciar su homilía monseñor Ezzati.
Bicentenario de la patria
En relación a la celebración de los doscientos años de vida independiente, el Arzobispo de Concepción destacó que la misión de los cristianos es trabajar por un desarrollo fundado en Jesucristo, velando por un verdadero progreso que vaya en beneficio de todos los hombres y mujeres del país.
«Los cristianos tenemos la gran misión, la misión de imitarles y de aportarle a nuestro país el fundamento más cierto, más seguro de su progreso, de su desarrollo, no hay desarrollo técnico y verdadero si este no se construye en la roca firme que es Jesucristo. Los que hemos vivido la tragedia del terremoto y tsunami nos hemos dado cuenta todos que sólo tres minutos bastan para que tantas esperanzas solamente materiales se vinieran abajo», señaló.
Aumento de la pobreza
En la ocasión, el prelado manifestó su preocupación por la situación de la pobreza en el país, ya que según la última encuesta oficial del gobierno (CASEN) esta aumentó 1,4% respecto del periodo anterior; pese a esto, hizo un llamado de esperanza resaltando las innumerables muestras de solidaridad que ha suscitado la reconstrucción, especialmente el ejemplo de responsabilidad social que muchas empresas han demostrado.
«Nos llena de tristeza el ver cómo la pobreza ha crecido en nuestra realidad y entonces nos preguntamos ¿qué significa tender la mano? Extender la mano no significa simplemente el gesto sencillo, o bondadoso que brota del corazón frente al hermano que necesita (…) en mi región pude percibir un encuentro de grandes empresarios a nivel de la región del Bío Bío, los invitaba sin duda alguna a seguir creciendo en lo que significa la corresponsabilidad y responsabilidad social de la empresa, pero no es suficiente la responsabilidad social hay que caminar hacia una sociedad y una economía de la comunión donde de verdad haya espacio de participación y de desarrollo para todos», indicó.
Sueldo Ético
Sobre el llamado sueldo ético, el purpurado reiteró el llamado de la Iglesia para que éste sea un sueldo digno que permita el pleno desarrollo de la familia. «A quién no le duele que el sueldo mínimo sea todavía tan mínimo, que muchas veces no alcanza para que la familia pueda tener pan, dignidad y desarrollo.»
Y agregó: «Necesitamos que la Virgen del Carmen nos ayude a tender la mano, a tender la mano con generosidad, a tender la mano con solidaridad, que haga de nuestro país, un país de comunión, o como hemos dicho los obispos, un país donde en la mesa común haya espacio para todos».
Procesión
Culminada la eucaristía, se dio inició a la tradicional procesión de las imágenes de San José, Jesús Nazareno y la Virgen del Carmen que durante siete horas recorrieron todo el pueblo en compañía de miles de fieles y del obispo de la diócesis, monseñor Órdenes, quien encabezaba la columna. Fueron más de doscientos grupos de bailes religiosos los que homenajearon a la «Carmelita», quien a su paso recibía también las oraciones y plegarias de los devotos que repletaron las calles del pequeño poblado.
Al culminar la jornada, monseñor Ordenes, aun emocionado tras el recorrido por las calles de su pueblo después dos años de espera por esta tan amada muestra de fe y piedad popular como es la Fiesta de la Virgen del Carmen La Tirana, agradeció a Dios por una nueva oportunidad de festejar a la «Carmelita». «Tal como han cantado a la Virgen durante esta procesión los bailes religiosos, nosotros también comenzamos nuestra despedida rogando al Padre nos permita regresar el próximo año y celebrar nuevamente a la Madre en su casa», señaló.
Gaudium Press / Igor Roco
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