Bogotá (Martes, 27-07-2010, Gaudium Press) Conocido cariñosamente como Pafer, el Padre Luis María Fernández Pulido, sacerdote de la Arquidiócesis de Bogotá, quien falleció un 13 de mayo de 1985 -justo cuando se conmemora la aparición de Nuestra Señora en Fátima-, no pudo ver culminado su sueño de la Asociación Misioneros de la Juventud, pero si sembró la semilla para que, 3 meses luego de su muerte -el 15 de agosto-, se diera el primer fruto con la institución canónica de la Asociación en la Diócesis de Sonsón Rionegro, en el departamento colombiano de Antioquia, y 3 años más tarde su constitución en la Diócesis de Girardot, jurisdicción perteneciente a la provincia eclesiástica de Bogotá.
Este año, la Asociación de los Misioneros de la Juventud -que desde su establecimiento ha promovido el «apostolado de la amistad», tal como se describe el Espíritu de los misioneros de la juventud- conmemora sus 25 años. Para la ocasión, la Asociación, junto con la Central de Juventudes -entidad sin ánimo de lucro, fundada también por Pafer en 1953, que promueve la formación de la juventud y de la niñez- comenzó la celebración de sus bodas de plata con una serie de actividades.
La primera de ellas, tuvo lugar el pasado domingo 25 de julio con una Eucaristía de Envío de los jóvenes misioneros -quienes realizan un año misionero en diferentes regiones del país y, en ocasiones, fuera de Colombia-. La ceremonia religiosa se realizó en el Centro de Formación y Servicios «La Capilla», ubicado en el municipio colombiano de Cachipay, y estuvo presidida por el padre Jaime Alberto Castillo, y concelebrada por el padre Camilo Augusto Sánchez y el padre Juan Guillermo García, sacerdotes Misioneros de la Juventud y formadores de la Central de Juventudes.
Asimismo, el 14 de agosto, víspera de la conmemoración de los 25 años de la asociación misionera, se realizará la asamblea general de los misioneros de la juventud y el 15, para la fiesta principal, tendrá lugar una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en un cerro al oriente de la capital colombiana.
Padre Fernández: gran misionero de la juventud
Colombiano de nacimiento y europeo de corazón, puesto que sus padres eran descendientes de un grupo de expedicionarios que llegaron de Europa a tierra americana con Nicolás de Federmán -explorador de territorios españoles en América en la época de la conquista-, siempre llevó en su sangre el espíritu aventurero de conquistar para Cristo la Juventud de América. En efecto así lo hizo, permitiendo que la obra de Dios en los jóvenes -hecha por intermedio de él- perdurara en el tiempo.
P. Fernández |
Tal como lo expresó el padre Augusto Sánchez, Misionero de la Juventud, en la homilía que se celebró el pasado 13 de mayo en homenaje a los 25 años de su fallecimiento: «Y estos 25 años de admirable vitalidad de la Central de Juventudes, el nacimiento de la Asociación de Misioneros de la Juventud, apenas tres meses después de su pascua, lo atestiguan. Cientos de misioneros y misioneras juveniles que han bañado de evangelio el mundo de los jóvenes, miles de jóvenes que se han encontrado con Jesús y han aceptado su invitación al seguimiento. Cursos, escuelas, convivencias, retiros espirituales, misiones, una explosión de creatividad y dinamismo nacidos desde lo más profundo del voluntariado misionero, son los signos evidentes de que Pafer sigue presente».
Con información de la Central de Juventudes y de la Asociación Misioneros de la Juventud.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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