Santiago (Martes, 10-08-2010, Gaudium Press) Con mucha alegría la Iglesia de la capital chilena acogió a cinco nuevos diáconos, quienes recibieron el ministerio de manos del Arzobispo de Santiago, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, durante una solemne Eucaristía celebrada el sábado 7 en la Catedral Metropolitana.
La Santa Misa fue concelebrada por monseñor Fernando Chomali, Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Juan Suárez, Deán de la Catedral Metropolitana, vicarios zonales y ambientales y numerosos sacerdotes y diáconos permanentes de la Arquidiócesis. El oficio religioso contó con la presencia de los familiares, amigos y comunidades parroquiales de los nuevos diáconos.
La diaconía: una respuesta al sufrimiento de los hombres
«Deseo expresar en primer lugar la alegría que significa para mí presidir esta celebración tan hermosa, tan significativa para todos nosotros, pero especialmente para estos hermanos que van a recibir el precioso don del orden diaconal, y también para sus familias», dijo el prelado al iniciar su homilía.
Realizando una comparación con el contexto que vivió el profeta Habacuc, el Cardenal manifestó que en nuestra realidad hay también situaciones de sufrimiento y aflicción que afectan profundamente a tantos hombres, y «es por esto que la vocación diaconal es tan urgente como hermosa».
A lo anterior agregó: «Pues el diácono sabe que la respuesta más cabal a los temores y angustias de la humanidad se encuentra en el mensaje que Dios ha entregado a su pueblo. Así como el profeta se dispone a ver «qué le dice el Señor», nosotros debemos ir incesantemente hacia Él. No hay diaconado fecundo si no aprendemos a reconocer su voz. «Es en la lectura orante de la Palabra donde su ministro encuentra la sabiduría que puede alterar de tal modo la historia humana, que la disponga así a ser redimida», continuó.
Diáconos servidores de la palabra de Dios
Más adelante, el purpurado recordó a los nuevos diáconos que no se instituyen como dueños de la palabra de Dios, sino como sus servidores, y los exhortó a ser constantes en el estudio del Evangelio «iluminado por el magisterio de la Iglesia y templado en el contexto de la oración constante sin la cual nada de lo que hagamos será fecundo».
«Serán ustedes, a partir de este momento, servidores de la liturgia, don de Cristo para la santificación de la comunidad. Sabemos que ella es «el culmen hacia el cual tiende la acción de la Iglesia y, juntamente, la fuente de la cual emana toda su virtud» (SC). Por eso llevarán siempre hacia ella a todos los que Dios ponga en su camino, al mismo tiempo que desde ella -especialmente desde la Eucaristía- podrán sacar la semilla buena que espera el mundo», señaló.
«Todo verdadero cambio social comienza por amar»
Al finalizar su intervención, el Cardenal Errázuriz destacó la importancia del servicio diaconal en la celebración de los sacramentos y en la liturgia, pero enfatizó que este ministerio debe realizarse a imagen del amor de Jesucristo, quien, con su ejemplo, nos enseñó la «ley fundamental para la perfección humana y para la transformación del mundo (…) esta, es la única fuerza que puede conducir y mover la historia hacia el bien, hacia la justicia, hacia la unidad. Todo verdadero cambio social comienza por amar».
«Mucho agradece esta Iglesia de Santiago la generosidad de sus esposas e hijos, que con no poco sacrificio quieren compartir con ustedes su vocación y ministerio. Estoy cierto que el ministerio diaconal compromete también a sus seres queridos en la oración, la comprensión y el necesario apoyo para servir al Señor con alegría; así como nos compromete a todos los aquí presentes», culminó el Arzobispo.
Nuevos diáconos
Recibieron el Sagrado Orden del Diaconado Permanente:
Manuel Alberto Chávez Zurita, 44 años de matrimonio, dos hijos, profesor, parroquia Santa María Magdalena, Zona del Maipo.
Carlos Patricio Fernández Ramos, 24 años de matrimonio, cinco hijos, relacionista público, parroquia Cristo Crucificado, Zona Norte.
Luis Armando Romero González, 21 años de matrimonio, tres hijos, técnico electromecánico industrial, parroquia Transfiguración del Señor, Zona del Maipo.
Manuel Alfonso Sánchez Ramírez-Olavarría, 38 años de matrimonio, tres hijos, comerciante, parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Los Castaños, Zona Cordillera.
Luis Humberto Silva Pantoja, 45 años de matrimonio, tres hijas, industrial, parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, Zona Oeste.
Testimonios
El nuevo diácono permanente Luis Humberto Silva Pantoja expresó a la oficina de comunicaciones del arzobispado que haber llegado a esta ordenación fue «un proceso un poquito largo, pero con un término feliz de asumir esta responsabilidad. Es un giro cien por ciento».
Por su parte, Luis Armando Romero González, indicó que esta ordenación es «el culmen de una etapa de varios años de preparación como familia, y el inicio de una nueva etapa. Estoy muy contento y agradecido del Señor por este regalo y dispuesto a entregarme al servicio de la Iglesia».
Por Igor Roco
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