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Kota Kinabalu (Jueves, 19-VIII-2010, Gaudium Press) Aunque en Malasia la religión oficial del Estado es el Islam, y la mayoría de sus cerca de 25 millones de habitantes son musulmanes (alrededor del 60%) la comunidad católica no deja de crecer. Los cristianos en este país del sureste asiático representan el 9,1% de la población, y son en su mayoría católicos.
Llegado al país de la mano de los capellanes de los expedicionarios portugueses a inicios del S. XVI, el catolicismo se ha consolidado en Malasia de forma particular desde la década del 70 del siglo pasado, de forma coincidente con el desarrollo industrial y económico de la nación. Actualmente Malasia cuenta con tres arquidiócesis -Kuala Lumpur, Kuching y Kota Kinabalu-, y seis diócesis más.
En la ciudad de Kota Kinabalu, en la isla de Borneo, es notable la vitalidad de la Iglesia católica. Esa sede arquidiocesana cuenta con más de 180.000 fieles, y ha visto la necesidad en los últimos tiempos de construir más iglesias y de aumentar las misas en algunas de las ya existentes. La iglesia de Stella Maris, por ejemplo, ha inaugurado recientemente una tercera misa en ‘Bahasa Melayu’, la lengua local.
«Hemos construido nuevas iglesias», afirma Leonard Chin, feligrés de Stella Maris. «En Pascua fueron bautizadas 80 personas, en una parroquia que cuenta con 5.000 fieles».
El musulmanismo también crece en Kota Kinabalu, con una mayor rapidez que el catolicismo. «Hay dos motivos, explica Chin. Por una parte tienen más hijos, y por otra muchos miembros del grupo étnico Kazadan, que son católicos por influencia de los misioneros del siglo XIX, se convierten por motivos políticos». También en Malasia se han registrado violaciones a la libertad religiosa, que está consagrada por la Constitución del país. Aunque existe el derecho a la libertad religiosa, las religiones no musulmanas tienen en ocasiones trabas para la construcción de templos e incluso la práctica del culto en algunos estados.
En Malasia la división iglesia-estado no es tan nítida. Esto se torna patente en la organización jurídica. Ninguna corte civil, incluyendo la misma Corte Federal, puede dictaminar en contra de un fallo emanado de los tribunales islámicos, que tienen una amplia jurisdicción.
Con información de L’Osservatore Romano
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