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Mons. Airton, a su llegada a la misa de clausura, recibido por Heraldos del Evangelio |
San Pablo (Viernes, 27-VIII-2010, Gaudium Press) Con solemne celebración eucarística, Mons. Airton José dos Santos, obispo de Mogi das Cruzes -ciudad en el estado de San Pablo, Brasil- concluyó el III Congreso Eucarístico diocesano, realizado entre el 15 al 22 de agosto pasados. Concelebró junto a Mons. Airton, Mons. Paulo Mascarenhas Roxo, obispo emérito de esa sede, y numerosos sacerdotes, en su mayoría pertenecientes también a la diócesis. La eucaristía se celebró en el Centro Municipal Integrado «Deputado Mauricio Nagib Najar».
El III Congreso Eucarístico diocesano -cuyo tema era ‘Eucaristía, fuerza y vida de los discípulos misioneros’-giró en torno al pasaje evangélico que narra cómo los discípulos de Emaús «reconocieron a Jesús al partir el pan» (Lc 24, 30-31).
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Cortejo de entrada de la Misa de clausura |
Dentro de las exposiciones realizadas en el marco del Congreso, se destacaron las tituladas «Eucaristía: fuerza y vida de los discípulos misioneros» y «Celebración del Domingo – Reconocieron a Jesús al partir el Pan», efectuadas ambas en el Centro de Ciudadanía y Arte de Mogi das Cruzes.
Uno de los puntos auge del Congreso fue la recepción, durante la misa de encerramiento, de las reliquias del Beato Padre Eustáquio, sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones que ejerció su ministerio en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, en la población de Poá, perteneciente a la jurisdicción de la diócesis. Las reliquias fueron traídas desde Holanda por familiares del Padre Eustaquio, quienes las conservaban en una iglesia de la ciudad natal del sacerdote.
El Beato Padre Eustáquio
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| Beato Padre Eustáquio |
El Beato Padre Eustáquio, nació en Aarle-Rixtel en los Países Bajos, en la diócesis de Hertogenbosch, el 3 de noviembre de 1890 y ejerció su ministerio como misionero en el Brasil de 1925 a 1943, año en el que falleció. «Especialmente se ocupaba de las confesiones de los enfermos. Ante las peticiones de otras parroquias, acudía con presteza y escuchaba muchas confesiones. Ciertamente todos le consideraban un verdadero misionero y un santo», afirma el P. Enrique Losada, sscc, Superior General de la Congregación de los Sagrados Corazones.
El Padre Eustáquio murió ofreciendo su vida a Dios en, tal vez su más entrañado apostolado: «Atendiendo el 20 de agosto a un enfermo de tifus exantemático, él mismo P. Eustáquio contrajo la enfermedad. En principio fue diagnosticada una pulmonía, pero después se constató que se trataba de aquella otra grave enfermedad que por entonces era incurable. Consciente de la proximidad de su muerte y habiendo pronosticado él mismo que se produciría en pocos días, se preparó al acontecimiento con la oración y la recepción de los sacramentos», expresa el P. Losada.
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Familiares del P. Eustaquio junto a imagen y reliquias del Beato |
En la misa de clausura del congreso eucarístico se hallaba presente el postulador de la causa de canonización del P. Eustáquio, además de autoridades de la comunidad de este sacerdote. Tras la ceremonia, las reliquias del Beato fueron transportadas a la Catedral de la ciudad, donde quedaron expuestas a la veneración de los fieles hasta las 15 horas.
Gaudium Press / Saúl Castiblanco
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