City of Falls Church (Viernes, 03-09-2010, Gaudium Press) En ocasiones algunos jóvenes con vocación al sacerdocio o a la vida consagrada no pueden responder al llamado de Dios por algunos aprietos económicas, y tienen que dejar en espera su sueño de ser parte de determinada comunidad religiosa.
Conociendo las dificultades que presentan algunas vocaciones en este sentido, una pareja de la ciudad de Falls Church, ubicada al norte de Virginia, en los Estados Unidos -los esposos Corey y Katherine Huber-, crearon «Mater Ecclesiae Fund for Vocations», una organización de caridad pública que se instituyó como fondo para las vocaciones, precisamente para quienes han aplazado, por compromisos económicos, su respuesta a la invitación de Dios de servir como sacerdote o como religiosa.
Corey Huber explicó cómo comenzó la iniciativa: «Mi esposa y yo originalmente comenzamos con «Mater Ecclesiae Debt Relief Grant Program», -que traduce alivio de deuda y programa de subvenciones- en el 2004, como una fundación privada (…). Ese verano concedemos la primera ayuda a una joven que quería ingresar a las Hermanas Dominicas de Santa Cecilia en Nashville. A partir de este punto la palabra se extiende y empezamos a recibir mayores consultas y aplicaciones».
El fondo cuenta con 62 becas activas con un costo anual de 120.000 dólares
Dos años después, en el 2006, y viendo la necesidad de un número mayor de jóvenes con vocación, los esposos toman la decisión de convertir el fondo en una organización de caridad pública para, de esta manera, poder recibir mayor apoyo y beneficiar a un mayor número de jóvenes. Actualmente el fondo cuenta con 62 becas activas con un costo anual de 120.000 dólares, pero, como comentó Hubers, aún se requieren más donaciones para que «el sueño de más vocaciones se haga realidad».
Entre los que han recibido los aportes está el hermano Robert Brajkovich, quien hizo sus primeros votos con los Canónigos Regulares de Sant John Cantius en Chicago. El hermano, antes de hacer sus votos, con el apoyo del fondo para las vocaciones, pudo responder a una deuda de 60.000 dólares que había adquirido como estudiante de pregrado y postgrado en la Universidad St. Mary´s de Minnesota.
Caso similar es el de la hermana Brigid Ancilla, quien al unirse a las Hermanas de la Vida en Nueva York, en el 2006, tenía que responder por una deuda adquirida como estudiante de 35.000 dólares. Ella, al igual que el hermano Brajkovich temía que la deuda le impidiera cumplir su aspiración de hacerse religiosa.
De acuerdo con Hubers, cada día trabajan con mayor esfuerzo para obtener los fondos, sostener los esfuerzos y ayudar a más personas. Dijo, además, que la meta inmediata del fondo es la de involucrar a más donadores. «Con más donadores, podemos dar más becas», añadió.
Al respecto, su esposa, Katherine, opinó: «El mejor escenario que podríamos tener es el de poder ayudar a todo quien se nos acerque».
Con información de Catholic News Service (CNS).
Gaudium Press / Sonia Trujillo
Deje su Comentario