Santiago (Martes, 07-09-2010, Gaudium Press) Con la llegada de septiembre Chile se apresta a celebrar sus 200 años de vida independiente, motivo de alegría para sus habitantes y también para la Iglesia peregrina en este país. Imbuido en este espíritu el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Cristián Contreras, destacó en la editorial de la página web del Arzobispado, que los difíciles momentos que se han sucedido en el transcurso de este año han reflejado como nunca «lo más propio de nuestro corazón patrio».
«Hemos llegado a las celebraciones del Bicentenario. Y en los inicios y en el transcurso del mismo, en el momento propicio, la historia nos vuelve a revelar quiénes somos. El año del Bicentenario nos ha golpeado fuerte, pero como nunca ha evidenciado lo más propio de nuestro corazón patrio, poniendo de manifiesto el Alma de Chile, esa hermosa y elocuente expresión acuñada por el cardenal Raúl Silva Henríquez», señaló el prelado.
Mons. Cristián Contreras |
Tomando el ejemplo de lo ocurrido en Copiapó con los 33 mineros atrapados bajo la mina San José, monseñor Contreras sostuvo que la fe en Dios y la Virgen ha sido un elemento propio de la idiosincrasia del pueblo chileno que se ha manifestado constantemente a lo largo de toda su historia, especialmente en los momentos de dificultad.
«Mientras algunos incrédulos concluían que no habría salida, el Alma de Chile, llena de fe en Dios, fue capaz de mover montañas. Ininterrumpidamente se sucedieron plegarias pidiendo la intercesión de la Virgen María, la Madre del Señor, y de los santos. Y el prodigio se produjo: ´Estamos bien en el refugio los 33´, y vino la explosión de alegría, la fiesta, la gratitud al Dios de la Vida y al ingenio humano. Chile entero unido», manifestó.
«Un país que brilla por un alma marcada a fuego por la caridad de Cristo»
En marco del Bicentenario, monseñor Contreras concluyó su mensaje invitando a todos a asumir el compromiso de trabajar unidos en la solución de tantas problemáticas que afectan al país. La pobreza, la injusticia social, la defensa de la vida y la reconstrucción material y moral; son tareas que hoy más que nunca obligan a actuar como hijos de una misma patria y de un mismo Dios.
«Sí, somos un país dolido, pero sobre todo un país que brilla por un alma marcada a fuego por la caridad de Cristo que nos urge en todo tiempo, y que nos abre un enorme horizonte al conmemorar 200 años de vida independiente. La espera de un rescate exitoso de los 33 mineros, la respuesta eficaz para ayudar a la reconstrucción material y moral de tantas familias, de pueblos y ciudades derrumbados por el terremoto y maremoto, son tareas que apelan al Alma de Chile. En esa vocación debemos estar todos como en una sola tarea patriótica. ¡Viva Chile y los chilenos!», sentenció.
Gaudium Press / Igor Roco
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