Medellín (Miércoles, 22-09-2010, Gaudium Press) El próximo 24 de septiembre la Iglesia conmemora la fiesta de «Nuestra Señora de las Mercedes», «Auxiliadora de los cautivos». Unido a esta celebración Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, Colombia, en un mensaje dado a conocer por la Arquidiócesis de Medellín, invita a los católicos, y personas de buena voluntad, a recordar y tener siempre presentes a los hombres y mujeres que están en la prisión.
En su misiva, el prelado resalta la labor que, desde la misericordia, ha ejercido la Iglesia con los presos: «La Iglesia siempre ha tenido especial cuidado de acompañar y ayudar a los reclusos, porque Jesús se identifica con ellos y hasta nos garantiza la mejor recompensa por atenderlos».
Nuestra Señora de la Merced |
Asimismo el arzobispo -recordando parte del Evangelio de Mateo que dice «Vengan, benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo, porque (…) estuve en la cárcel y vinieron a verme (…) cada vez que lo hicieron con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron»-, dice que el texto evangélico ha inspirado diversas obras de solidaridad con los presos, resaltando, de manera especial, a la Pastoral Penitenciaria como «acción evangelizadora y santificadora de la Iglesia dirigida a las personas, culpables o inocentes, que se encuentran privadas de su libertad».
Sin embargo, como continúa el Arzobispo de Medellín en su mensaje, esta acción de misericordia y acompañamiento a los reclusos no debe ser tarea exclusiva de una pastoral: «Este específico ámbito de la caridad nos corresponde a todos, sacerdotes, religiosos y laicos», resalta, y a la vez agrega que con motivo de la Fiesta de la Virgen de la Merced «deberíamos hacer mucho más», puesto que «la caridad no tiene medida».
Mons. Tobón Restrepo concluye su mensaje señalando que ese compromiso con la Pastoral Penitenciaria y la solidaridad con quienes viven en prisión una circunstancia humana y social difícil «se vuelve un signo nítido de que Dios ha visitado a su pueblo y que el Reino está cerca, pues Cristo fue ungido por el Espíritu, y nosotros con él, para anunciar la libertad de los cautivos».
La devoción a Nuestra Señora de las Mercedes
La devoción y advocación mariana a «Nuestra Señora de las Mercedes» nace en España cuando, en el año 1218 -época en la cual muchos españoles eran cautivos por los moros corriendo el riesgo de perder su fe católica-, la Madre de Dios se le aparece a Pedro Nolasco, originario de Barcelona y hoy santo de la Iglesia, solicitándole que fundara una orden religiosa dedicada a redimir a los cautivos a través del amor misericordioso de la Virgen María.
Atendiendo la invitación de Nuestra Señora, y con el apoyo del Rey Jaime I de Aragón, San Pedro Nolasco funda, el 10 de agosto de 1218, la Orden de Nuestra Señora de la Merced, más conocida como los «mercedarios», dedicada a las obras de misericordia, especialmente con los cautivos.
Gracias a los frailes mercedarios, la obra de la misericordia se extiende rápidamente a América -particularmente en Perú, Ecuador, Colombia, Republica Dominicana y Argentina- donde la devoción a la Virgen de la Merced es ampliamente conocida.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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