Santiago (Miércoles, 13-10-2010, GaudiumPress) Gran cantidad de fieles llegaron hasta la parroquia el Sagrario para participar de la eucaristía con que el Arzobispado de Santiago inició la Vigilia de Oración por el rescate de los mineros atrapados en la mina San José, la que se extenderá hasta que último trabajador sea llevado a la superficie. La Santa Misa fue encabezada por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien siguió muy de cerca los operativos de rescate por una pantalla instalada a las afueras de la Catedral.
«Con nuestra oración queremos estar unidos a estos 33 mineros y a sus familias, precisamente unidos en la oración, implorándole al Señor que los pueda traer a la superficie a todos ellos, que no tengan ningún contratiempo con su salud una vez que salgan y que esta vida, que para ellos será una vida nueva que comienza, cuente en todo momento con toda la bendición de Dios. Que sea una vida de familia, muy feliz. Queremos rezar por este rescate y al mismo tiempo por la vida que comienza en ellos», señaló el Cardenal Errázuriz al inicio de la Misa.
Evangelio: el mejor mensaje que podemos llevar al mundo
La homilía estuvo a cargo del Obispo Auxiliar, monseñor Cristián Contreras Villaroel, quien reflexionó sobre la buena noticia que significó el conocimiento de que los 33 mineros estaban con vida, el pasado 22 de agosto, y el inmenso gozo que esto generó en todo un pueblo que agradecía a Dios tan hermoso milagro.
«Hombre y mujeres, niños y ancianos, familias enteras salieron a celebrar a las calles, se juntaron en plazas públicas, y desde las alturas de los edificios se escucharon personas clamando: «¡Están vivos, están vivos!, ¡Milagro! ¡Gracias a Dios!». Y es que una noticia tan buena como ésta, simplemente, no podía contenerse. Todos querían proclamarla, todos querían comentarla, todos se alegraron y se conmovieron con el anuncio de que la vida había triunfado sobre los peores pronósticos de muerte y tragedia», dijo.
Y agregó: «Esta imposibilidad de contener el gozo, un gozo que urge ser participado a los demás, es un ejemplo de lo que los Obispos latinoamericanos identificaron como un desborde de gratitud y alegría (Documento de Aparecida, 14). En la Conferencia de Aparecida se refirieron a este desborde como aquella actitud natural y fundamental a partir de la cual los cristianos estamos llamados a comunicar por doquier el don de nuestro encuentro con Jesucristo. Quienes nos hemos encontrado con el Señor tenemos la certeza de que su Buena Noticia, su Evangelio, es el mejor mensaje que podemos llevar al mundo, es la gran luz para quienes viven en tiniebla y en sombras de muerte. Es una noticia que da plenitud y sentido mayor a toda otra información positiva que impacte en la sociedad».
Momento del rescate
Según informó la oficina de comunicaciones del arzobispado «la Misa culminó pasada la medianoche y en momentos en que el primer minero, Florencio Ávalos, llegaba a la superficie. El Cardenal Errázuriz pudo ver ese emotivo instante por un monitor del equipo móvil de Canal 13 (…) Mientras la transmisión mostraba a la cápsula con el joven minero, el grupo daba gracias a Dios por este verdadero milagro. Fue entonces cuando el rezo del Padre Nuestro se mezcló con un sonoro ceacheí… y las campanas de la parroquia El Sagrario replicaron anunciando la buena noticia a la ciudad».
Al cierre de esta nota ya son 16 los mineros rescatados y según las estimaciones del Presidente Sebastián Piñera, «puede ser que el rescate termine hoy», ya que se están sacando tres mineros cada cuatro horas, por lo que aseguró que quedan 7 u 8 horas de rescate aproximadamente.
Gaudium Press / Igor Roco
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