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Ottawa (Jueves, 21-10-2010, Gaudium Press) En razón del Día Internacional de Combate a la Pobreza celebrado el pasado domingo 17, en todo el mundo, la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Canadá publicó una mensaje de preocupación, reflexión y esperanza a todos los fieles del país.
Al inicio de su mensaje, los obispos canadienses afirmaron que el desafío de la lucha contra la pobreza y la vida con equidad no era un mensaje nuevo. Haciendo referencia a la Biblia, los prelados citaron a Dios y a su hijo, Jesús, como agentes que se manifestaron a favor de la vida en condiciones dignas y transmitieron mensajes de una vida pautada por la activa generosidad como camino fundamental para alcanzar el Reino de Dios.
Según los prelados, es una buena noticia que, en las últimas décadas, millones hayan salido de la línea de pobreza, principalmente en India y China. Con todo, es todavía decepcionante que, en el mundo entero, cerca de 3 billones de personas permanezcan pobres y 1,3 billón continúen en pobreza absoluta, viviendo con menos de un dólar por día.
Todo esto, aún con los compromisos gubernamentales en relación a las Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU y con el esfuerzo de muchos grupos no gubernamentales religiosos para combatir la pobreza en cada rincón.
Conforme el episcopado canadiense, incluso en Canadá la situación no es cómoda. «Son más de 3 millones de personas viviendo en la pobreza. La mayoría de ellos niños», cuyos padres están desempleados y persiguen un empleo estable como a un sueño distante. «No es verdad que a nadie le importa. Muchas voces están levantadas para decir que nosotros no podemos dejar las cosas como están», declaran.
Y una actitud que debe ser tomada, según los prelados, y que normalmente las personas fallan al tomar, es la realización de un pacto para actuar en conjunto y construir un puente entre aquellos que están bien servidos por la manera en que la economía sigue y aquellos que están en dificultades. «Millones de personas en Canadá y alrededor del mundo están trabajando para hacer que la esperanza y los recursos estén más disponibles para los excluidos».
Por eso mismo, los integrantes del episcopado canadiense invitan a toda la población del país a juntarse para hacer que el gobierno federal imite esfuerzos de muchos gobiernos estatales y desarrolle una estrategia nacional anti-pobreza.
Por último, los prelados afirman que la lucha contra la pobreza es un deber de todos los católicos, así como enseña el Evangelio, y recuerda la encíclica del Santo Padre, «Caritas in veritate», en la cual él exhorta a los miembros de la Iglesia a dar su contribución en este proceso.
Con informaciones de la Conferencia Episcopal Canadiense.
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