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Roma (Viernes, 22-10-2010, Gaudium Press) Gaudium Press conversó ayer en Roma con Mons. Raymundo Damasceno Assis, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Arzobispo de Aparecida, Brasil, sobre su nombramiento, divulgado el miércoles, como el más reciente purpurado brasileño.
El nuevo cardenal se encuentra en Roma para los trabajos del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, del cual forma parte, y se dijo completamente sorprendido con el nombramiento en una breve conversación con la agencia.
Gaudium Press – ¿Qué señal quiso dar el Papa con esta elección?
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| Mons. Raymundo Damasceno de Assis, nuevo cardenal |
Creo que el Papa demostró mucho aprecio, mucha atención con la Iglesia en América Latina. Al Consejo Episcopal Latinoamericano, porque soy presidente del mismo (…) Una atención no menor con Brasil, ya que soy obispo de Aparecida y tengo actividades pastorales en el Santuario Nacional de Aparecida, santuario mariano que recibe a más de dos millones de peregrinos al año.
Una atención muy especial con Brasil. Esta decisión es una señal de confianza en mi persona y pediré, con la ayuda de Dios y con la acogida de sus oraciones, que pueda colaborar de forma necesaria con el Santo Padre en su ministerio petrino, en su servicio de unidad, a poner fe en la Iglesia y servicio por la caridad.
GP – ¿Qué mensajes recibió Su Excelencia después del nombramiento?
¡Innumerables manifestaciones de felicitación, de oraciones por mis intenciones! Prácticamente no pude sentir la distancia. Era una llamada tras otra, desde el miércoles, lo que me alegra mucho. Porque muestra la amistad de la gente de Brasil y América Latina.
Recibí llamadas también de Colombia, donde está la sede del Celam. Todo esto me alegra mucho. Es un gran apoyo en el inicio de esta misión, que el Santo Padre me confió a partir de este momento.
GP – ¿Para Su Excelencia, el nombramiento fue una sorpresa?
¡Una sorpresa completa! Fui informado de esta designación del Santo Padre un día antes, el martes por la mañana. A las 10:00 de la mañana. Pero fue una sorpresa completa. Cuando me llamaron en la Secretaría de Estado, pensaba que se trataba de una transferencia más. De una diócesis a otra, no para el cardenalato. Fue una entera sorpresa, que me conmovió mucho. Sin embargo, por otro lado, intento siempre estar disponible para servir a la Iglesia como obispo, y ahora con esta responsabilidad un poco mayor, que es ser cardenal. Una convocación para colaborar más directamente con el Santo Padre en el gobierno de la Iglesia.
Gaudium Press / Anna Artymiak
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