Ciudad de México (Lunes, 01-11-2010, Gaudium Press) «En Jesús, en su amor misericordioso, llega a profundidad la acción salvadora hacia el pecador, transformando su vida», dijo el Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, en la misa dominical en la catedral metropolitana de la capital del país, en homilía que preparaba la Fiesta de Todos los Fieles difuntos a ser celebrada mañana en la Iglesia universal.
«Jesús se acerca y apuesta por el hombre pecador, confía en la capacidad del ser humano de convertirse, de cambiar de vida. Aquí radica la Buena Noticia para nosotros, especialmente en una cultura donde se trata de implantar que la persona que ha actuado mal en su vida ya no tiene remedio», expresó el purpurado.
Catedral Metropolitana de México |
Sobre el éxito en la vida, el Cardenal expresó que para la Iglesia los verdaderos triunfadores son los santos, pues «han triunfado en el arte más divino, en la competición más humana para alcanzar la unión con Dios». En esa línea, invitó a los fieles a conocer la vida de los santos de la Iglesia, quienes «no son para contemplarlos desde la butaca». «Mirar la pantalla de los santos sirve para que nos entusiasmemos y nos decidamos a imitarlos con la convicción de que sí se puede ser santo», aseveró el Arzobispo de México.
La Fiesta de los Fieles Difuntos, expresó el Cardenal Rivera, es la celebración de la esperanza, «porque esperamos que nuestros seres queridos que ya han muerto, tengan la vida divina, la felicidad que tanto anhelaron y la santidad a la que fueron llamados que consiste en llegar a ser semejantes a Dios y a verlo tal cual es».
Por ello, a la vez que la muerte es siempre es un momento oscuro, y un misterio, «al mismo tiempo esa muerte se puede ver a la luz de la resurrección. La muerte la podemos ver a la luz de la resurrección, no como una promesa, sino como una realidad porque Cristo ya resucitó y también nosotros resucitaremos porque somos parte de su cuerpo».
Finalmente, al bendecir una ofrenda dedicada a sacerdotes y canónigos de la Catedral, el Arzobispo de México recordó que la memoria de los fieles difuntos «es la fiesta que algún día será también la nuestra».
Con información del SIAME.
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