Lima (Miércoles, 03-11-2010, Gaudium Press) El Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en solemne ceremonia eucarística realizada en la Basilica Catedral de Lima, ordenó el pasado 1 de noviembre, a cinco nuevos sacerdotes.
«En la Solemnidad de todos los Santos con enorme gozo y agradecimiento a Dios asistimos a esta celebración Eucarística en la que cinco diáconos formados en el Seminario Conciliar Santo Toribio de Mogrovejo recibirán la Ordenación Sacerdotal para servir a la Iglesia en la Arquidiócesis de Lima», expresó el Cardenal durante la homilía.
Así, Edwin Delgado, Iván Ventosilla, José Manuel Mondragón, Julio Rodríguez y Willman Cuyutúpac, son ahora nuevos sacerdotes dispuestos a servir con devoción a Dios y a la Iglesia, gran misión frente a la cual el Cardenal Cipriani reflexionó en tan significativo sermón.
«Hermanos que hoy se van a ordenar, lo hemos conversado en estos días previos a la ordenación, el horario, la vida de piedad, la prioridad, estar listos, es verdad que hay mucho que hacer pero desde Cristo. Nos dice el Papa que el principio constitutivo del sacrificio no es el dolor sino el amor, les digo esto porque el sacerdote si es otro Cristo enseña desde la cruz, esa expresión del amor que debes tener por los demás se debe manifestar junto a esa cruz que irrumpe en nuestras vidas, que nos purifica. El verdadero amor está preparado para comprender no para criticar, no para desanimarse sino para acoger, para perdonar, para ayudar, para unir, para sembrar la paz, la esperanza; por eso un amor de esa calidad surge solamente si está muy unido a la cruz de Cristo (…) Por eso toda nuestra vida es una conversión personal para ser de nuestro sacerdocio una tarea por Cristo, con Cristo y en Cristo, estas breves reflexiones de la raíz de nuestra identidad se plasma de manera concreta, por eso los exhorto en este momento solemne de la ordenación y a todos los que estamos aquí presentes sacerdotes, pongan los medios para buscar a Cristo cada día, esos medios fundamentales para mantener viva esa entrega a la misión sacerdotal. También aquellos momentos de oración mental diarios en el que ese diálogo de amor abrimos el corazón a Dios para que nos hable, nos corrija; depositamos en su corazón nuestras inquietudes, dificultades, esperanzas», agregó el Cardenal.
En este sentido, el Arzobispo de Lima, invitó a los nuevos sacerdotes a vivir una vida en concordancia con su condición sacerdotal.
«Los animo más que nunca en estos tiempos a una vida de austeridad, de pobreza, huir del consumo, de la comodidad, de una vida floja, cómoda, llevamos una vida de sacrificio y para mi es de especial importancia que los sacerdotes sean apóstoles de la comunión con Cristo, que al verlos uno pueda pensar: ¡este vive con Cristo por su palabra, por su mirada, por sus gestos!. Y esa comunión con Cristo fortalece a la Iglesia, hace del presbiterio una unidad, un solo corazón, una sola doctrina, una sola fe, una sola cabeza. Como agradece el obispo cuando percibe señales de comunión y como duele cuando ve que no hay señales de comunión», manifestó
Con información del Arzobispado de Lima
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.
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