Santa Cruz (Jueves, 25-11-2010, Gaudium Press) el pasado domingo la Iglesia católica en el mundo celebró la Fiesta de Cristo Rey, con la cual finalizó el año litúrgico. De este modo se abre paso al tiempo de Adviento, preparación para la celebración del nacimiento de Jesús.
Así, en la Arquidiócesis de Santa Cruz – Bolivia, monseñor Sergio Alfredo Gualberti Calandrina, Obispo Auxiliar de dicha jurisdicción eclesial, compartió con los fieles una importante reflexión en torno a tan significativa celebración.
«Estamos hablando de Cristo Rey, del Reino de Dios, pero podemos preguntarnos, después de dos mil años de su venida, ¿dónde está este reino?, ¿dónde está este sueño del Señor; esa tierra como Él la quería? el mundo nuevo en que las relaciones humanas se fundan en el amor, en la igual dignidad en que todos somos hermanos, parecería como si Él no hubiera venido en medio de nosotros, como uno de nosotros. ¿Entonces de qué reino estamos hablando, de qué rey, en qué sentido?», expreso el Obispo durante su homilía.
«En el evangelio de hoy hasta sus enemigos van afirmando cuáles son las características de este rey. Cuando los jefes del pueblo dicen: «ha salvado a otros, que se salve a sí mismo». Ellos lo están haciendo mofándose de Jesús en la cruz y lo provocan incluso con la misma tentación o las tentaciones que tuvo al inicio de su misión, la tentación del poder, la tentación de la fama. Es como si le estuvieran diciendo «haz muestra de tu poder prodigioso», pero sin embargo están proclamando una gran verdad. Mientras se están mofando están diciendo: «ha salvado a otros. Pensemos nosotros cuántos hombres y mujeres salvó Jesús durante su vida, sanando a enfermos, ciegos, cojos, leprosos, liberando a endemoniados; reviviendo incluso a muertos, perdonando a los pecadores y todavía dicen «que se salve a sí mismo»; es decir, Jesús no piensa salvarse a sí mismo; Él ha pasado su vida salvando a los demás, no está pensando en salvarse a sí mismo; él es un hombre para los demás y no para sí y esta es la gran novedad que Jesús nos trae, la gran novedad del cristianismo», explicó
Y es que justamente el reino de Dios se encuentra reflejado en la manifestación de la caridad, el deseo de paz, la solidaridad, la oración y la fe. «El reino de Dios, el reino de Jesús no es temporal, no es provisional, es para siempre y para todos los hombres de todos los tiempos, un reino que se va manifestando aquí en nuestra historia, aquí y ahora en nuestra vida diaria, en la espera gozosa del reino definitivo. Un reino de la verdad y de la vida como base de las relaciones interpersonales, sociales, versus la mentira y el relativismo que vivimos en nuestro mundo, que amenazan la libertad y la misma vida, el reino de la santidad y la gracia (…).Pidamos al Señor que nos conceda este don de ser servidores del reino, de seguir a Jesús Cristo Rey, que nos fortalezca con su espíritu que es un espíritu de valentía y fortaleza, para que a través de nuestro testimonio el mundo reconozca a Jesucristo como el único Señor y Rey y su rol central, insustituible en la historia de la humanidad, el inicio y el fin de la creación, fin hacia el cual todos nosotros estamos en camino. Amén!», finalizó el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz – Bolivia.
Con información de Iglesia viva – Bolivia
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M
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