Pekín (Martes, 07-12-2010, Gaudium Press) Decenas de obispos chinos de la Iglesia Católica oficial fueron obligados por el gobierno del país a viajar hasta la capital, Pekín, para participar de la Asamblea de Chinos Católicos, ceremonia religiosa que es considerada por el Papa Benedicto XVI incompatible con la fe católica. La realización del mismo viene al encuentro de decisiones del gobierno chino que han sido rechazadas por el Vaticano. En el mes pasado, el Pontífice ya había mostrado su decepción con el nombramiento sin aprobación de la Santa Sede del reverendo Joseph Guo Jincai como obispo de la diócesis de Chengde.
Según informaciones de Asia News, la Asamblea comenzó hoy envuelta en el secreto, con pocas noticias respecto a sus trabajos. Se sabe, entretanto, que el motivo del encuentro es la elección del presidente nacional de la Asociación Patriótica y presidente del Consejo de Obispos Chinos; dos entidades que no se someten al magisterio del Sucesor de Pedro y, por tanto, no son reconocidas por la Iglesia Católica, porque buscan construir una Iglesia sin vínculo alguno con el Santo Padre. Como explica Asia News, el evento fue convocado para elegir al nuevo líder de la Iglesia oficial de China, cuyos miembros católicos ligados al Papa son minoría.
Conforme la agencia, la elección ya tendría que haber ocurrido hace 4 años, pero como los obispos ligados a la Santa Sede se negaban a participar, ella fue siendo postergada. Esta vez no fue posible. Muchos fueron llevados a la fuerza. Otros, conscientes de que no había salida, aceptaron ir a Pekín libremente, pero decidieron no celebrar la misa de apertura de la Asamblea junto con los otros participantes, porque sabían que entre ellos había obispos excomulgados. Hay noticias también de que algunos prelados no opusieron resistencia y algunos pocos consiguieron escapar, escondiéndose o declarándose enfermos.
Sobre el acontecimiento, la diócesis de Pekín publicó una nota de prensa donde comenta los actos de violencia cometidos contra sus obispos. La nota describe la captura del obispo Mons. Feng Xinmao, que fue abordado por cerca de 100 policías, preso y llevado a la fuerza hasta Pekín para participar de la reunión. Según informaciones de Asia News, hay un relato también del desaparecimiento de otro obispo: Mons. Li Lianghui Cangzhou, que huyó de policías chinos para no ser llevado hasta la Asamblea. Conforme la agencia, el prelado está siendo actualmente buscado por las autoridades como un «criminal peligroso».
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