El Cairo (Viernes, 10-12-2010, Gaudium Press) «Para nosotros (los cristianos), siendo minoría, el primer desafío que afrontamos, no sólo nosotros, sino toda la sociedad egipcia, como cualquier otra que tiene minorías, es la aceptación total de los grupos que no sean contrarios, sino distintos de la mayoría», dijo Mons. Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos y recientemente creado cardenal de la Iglesia, en entrevista con la agencia Efe.
El Cardenal Naguib recibe los saludos de felicitación, en el Palacio Apostólico Vaticano, el día en que fue elevado al cardenalato |
Los católicos en Egipto son alrededor de 250.000, y hacen parte del 10 por ciento de cristianos en el país de 80 millones de habitantes.
Esa igualdad de las diversas prácticas religiosas ante la ley, deseada por el Cardenal, facilitaría por ejemplo la construcción de iglesias, que en este momento debe surtir un largo y engorroso proceso. Asimismo, en la entrevista con Efe, Mons. Naguib aseguró que recibe quejas de que los cristianos egipcios no pueden ocupar altos cargos gubernamentales ni tener mayor representación en la política, debido a la discriminación religiosa.
«La necesidad de que las instituciones políticas, sociales y educativas abran sus puertas a los ciudadanos cristianos, no para tener a cristianos entre ellos, sino para incluir a los que tengan certificados y especialidades, que son muchos, para el crecimiento, el avance y el bien del país», expresó el Cardenal copto-católico, para quien es preciso «consolidar el concepto de la igualdad total para el ciudadano egipcio en los derechos y los deberes, independientemente de la tendencia religiosa».
Esta trasformación invocada por el purpurado no puede alcanzarse meramente con modificaciones legislativas: «Desafortunadamente, vemos que cualquier diferencia entre un grupo y otro, un partido y otro, y una corriente de ideas y otra se convierte en conflicto, enfrentamientos e inducción a la apostasía… La solución es el cambio de la cultura», en el que deben implicarse la enseñanza, los medios de comunicación y el discurso religioso con la cultura del respeto mutuo.
No obstante, el camino hacia ese fin anhelado no comienza desde el punto cero, pues «desde el comienzo del Egipto moderno, hemos visto una integración casi total de los cristianos con los musulmanes en la vida social y política», señaló Mons. Naguib. Sin embargo, existen corrientes islámicas que quieren «politizar la religión y hacer que la religión influya en la política para cambiar el Estado civil en uno religioso». «Gracias a Dios, aquí en Egipto, vemos que esta corriente no ha podido imponerse, aunque sí tiene algunas influencias en algunos sectores», concluyó.
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