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Ciudad de México (Miércoles, 22-12-2010, Gaudium Press) La víspera de este 24 de diciembre, así como el 25, la Iglesia católica conmemorará una de sus fiestas más importantes: el nacimiento del Salvador. Con ocasión de la Navidad, varios Obispos mexicanos alientan a los fieles de su país a que contemplen a Jesús niño que viene a ser luz y traer esperanza pese a las dificultades por la que atraviesa México.
«Aun cuando los ambientes contrarios al amor nos pueden debilitar u oscurecer este tiempo, vale la pena volver nuestra vida llena de esperanza a aquel que es la luz y que ha venido a iluminar las tinieblas nos preguntamos: ¿cómo lo hace?, respondemos: habitando entre nosotros, siendo uno de nosotros», es parte del mensaje de Navidad que dio a sus fieles Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Tuxtla.
Sobre la esperanza -una de las virtudes que más se ponen en práctica en esta época del año- el prelado señala que ella nace de la seguridad; «la seguridad de que Dios nos ama y que lo ha manifestado en su Hijo Jesucristo (…), de ahí que los creyentes creemos contra toda esperanza, es decir, cuando todo lo que nos rodea nos invita a tener una actitud negativa, si miramos desde Dios la vida y la historia recobraremos el ánimo; sabemos que podemos recomenzar porque eso es la esperanza».
En cuanto a las circunstancias de violencia, corrupción e inseguridad que viven algunas regiones mexicanas, Mons. Carlos Garfias Merlos dice en su mensaje de Navidad: «Muchas veces, podemos tener la impresión de que, ante los sucesos históricos y ante las situaciones concretas, la ternura del amor de Dios ha perdido su poder, y de que es imposible practicarlo. Y sin embargo a la larga, el amor vence siempre. La violencia y el egoísmo, como expresión de las tinieblas en nuestro mundo, no tienen lugar en el corazón del hombre. El corazón del hombre ha sido creado para que en él habite el amor de Dios».
Por su parte, Fray Raúl Vera López, O.P, Obispo de Saltillo, invita a que en esta Navidad los corazones se despojen «hasta alcanzar la simplicidad del pesebre que acogió a Dios, hecho hombre», para que cada quien pueda acogerlo dentro de sí. «De esa manera hoy en esta tierra, de nuestro corazón brotarán las obras de justicia que abran las puertas al triunfo de la dignidad humana», añade el prelado.
Mons. Oscar A. Campos Contreras, Obispo de Tehuantepec, de manera similar, hace un llamado a que, con el nacimiento de Jesús, todos levanten su corazón para poder recibir la luz que el mismo Dios, a través de su Hijo, ofrece. «Sólo en la medida que nos dispongamos a recibir la luz podemos ser iluminados. Es decir, únicamente la cercanía de Dios puede transformar nuestra existencia y esta cercanía se nos ofrece en Cristo», continúa.
Navidad es «la Buena Nueva del Amor»
El Obispo de Mazatlán, Mons. Mario Espinosa Contreras, por su parte recuerda que Navidad es «la Buena Nueva del Amor», de un Dios que ama, un Dios que no abandona. Ante lo cual añade: «El misterio de Navidad será una realidad para nosotros si Cristo nace, crece y se desarrolla en nuestro corazón y si llevamos en nuestra vida el ‘suave olor a Cristo’. Si somos animados por Cristo, viviremos un amor similar al que El vive y seremos una buena noticia para los demás dando y ofreciendo amor».
Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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