Lima (Viernes, 24-12-2010, Gaudium Press) Con mucha alegría y gran expectativa, más de 1500 niños que viven en extrema pobreza en Machay -asentamiento urbano que se sitúa a las afueras de Lima, Perú- recibieron ayer al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, quien se acercó al Colegio de la Virgen del Rosario del lugar, para llevar, además de regalos, un mensaje de esperanza y transmitir el verdadero significado de la Navidad.
«La riqueza de Manchay es su gente, son sus niños y los papás junto a sus hijos. Nos hemos reunido para tener un rato de alegría con algunos juguetes que aquí nos han traído amigos muy buenos. Es un momento de alegría y fe que Jesús nos trae hoy», fue parte del mensaje que dio el purpurado a los niños y sus familias.
Entre los regalos que el Cardenal Cipriani entregó se encontraban algunas pelotas para los niños más pequeños, canastas con víveres para los más grandes y bicicletas para aquellos alumnos que se destacaron durante el año escolar.
Más de 500 madres gestantes recibieron al Cardenal
En Machay, el Arzobispo de Lima, también acompañó a más de 500 madres gestantes que harán parte de la Primera Escuela de Madres Embarazadas que se pondrá en marcha a comienzos del 2011 en la zona, y la cual les ofrecerá acompañamiento espiritual, psicológico y médico durante el periodo de gestación.
A ellas, el Cardenal expresó: «Cuando rezamos decimos no al aborto y también la Iglesia se ocupa de ayudarlos para que puedan tener ayuda material, atención en salud, nutrición y también para acompañarlas. Por eso cuando veo esas barriguitas, dentro de cada una de ustedes hay una nueva vida que se está formando».
Manchay es uno de los asentamientos urbano en Perú donde más habita la pobreza extrema; cuenta con un promedio de 70.000 habitantes, y la mayoría de hogares no posee abastecimiento de agua y servicios sanitarios. Razón por la cual el Arzobispado de Lima lleva en el lugar una incansable labor social en beneficio de la comunidad a través de diversas acciones, entre las que se encuentran los comedores parroquiales y la panadería parroquial que, además de producir más de 6 mil panes diarios, acoge a madres víctimas de la violencia en talleres de panadería y repostería.
Con información de la Oficina de Comunicación y Prensa del Arzobispado de Lima.
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