Washington (Jueves, 06-01-2011, Gaudium Press) El conocido canal televisivo internacional Discovery Channel está explorando el sugestivo tema de los exorcismos. Y para ello, ha querido asesorarse de la fuente más acreditada sobre la materia: La Iglesia católica. Es lo que afirma la edición digital de la revista americana Entertainment Weekly, la cual entrevista al presidente del canal Clark Bunting.
«The Exorcist Files» (Los Archivos Exorcista), nombre de la nueva serie, llevará a la pantalla historias reales de acciones y posesiones diabólicas, basadas en casos investigados por la Iglesia, según informa la revista. El programa incluiría acceso a los archivos Vaticanos sobre la materia, así como entrevistas a expertos religiosos católicos, que comúnmente no aparecen en los medios.
Bunting declaró que, antes de su primera reunión con el equipo de expertos de la Iglesia, él era escéptico, pero que después de más de tres horas de conversaciones, fue convencido.
«El trabajo que estas personas hacen, y su convicción en sus creencias, hacen historias fascinantes», dijo.
Doctrina católica sobre los demonios
Según explica el ilustre dominico Antonio Royo Marín O. P. en su Teología de la Perfección Cristiana, la existencia de los demonios -es decir, de un considerable número de ángeles que por culpa propia se convirtieron en agentes del mal- es una verdad de fe de la Iglesia. Los demonios ejercen, con el permiso divino, un maligno influjo sobre lo hombres, incitándoles al mal y a veces invadiendo y torturando sus propios cuerpos.
Los demonios no pueden inmutar de forma intrínseca ni la voluntad ni el entendimiento humanos, pero sí indirectamente, es decir a modo de persuasión, esto es ofreciendo a los sentidos externos e internos las especies de las cosas que incitan al mal o excitando el apetito sensitivo para que tienda desordenadamente a esos bienes sensibles.
Entretanto los ángeles buenos y los demonios sí pueden inmutar intrínsecamente la imaginación y los demás sentidos internos y externos, pero, como queda dicho arriba, solo con el permiso de Dios.
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