Costumbres paganas entre los cristianos del s. V: Soluciones y propuestas en los Sermones de San León Magno – I Parte

Redacción (Viernes, 21-01-Gaudium Press)

Vida y obra

San León Magno (400-461), [1] Papa y Doctor de la Iglesia de personalidad vigorosa, nació en Toscana y fue educado en Roma donde se distinguió por sus iniciativas junto al clero de esta ciudad, aún antes de acceder al pontificado. Fue consejero sucesivamente de los papas Celestino I (†432) y Sixto III (†440) y fue muy respetado como teólogo y diplomático. Como Papa, reinó durante 21 años y fue el primero que recibió el título de Magno (grande).

En su actuación en el plano político, la Historia registró e inmortalizó sus dos intervenciones: fragilizado Valentiniano III, Emperador Romano, sin fuerzas, edad y credibilidad para enfrentar las hordas enemigas, fue el Papa San León Magno quien intervino junto a Atila, rey de los Hunos, en 452, garantizando el retiro de su ejército, y junto a Genserico, en 455, obteniendo del líder militar de los Vándalos la garantía del respeto a los habitantes e iglesias de Roma, durante el saqueo realizado.

Como teólogo, nos dejó varias Cartas y Sermones, [2] tratando temas de cristología y eclesiología. Su celo pastoral, manifestado en sus predicaciones y ceremonias litúrgicas que transpiraban mucha espiritualidad, fue excepcional.

Tomó posición en una serie de disputas disciplinares y doctrinales, en particular relativas al pelagianismo y el maniqueísmo. Elaboró también una Epístola Dogmática sobre el grave problema tratado en el Concilio de Calcedonia, la condenación de la herejía monofisita, lo que provocó una fuerte reacción de adhesión de los padres conciliares y la famosa proclamación unánime: «¡Pedro habló por la boca de León!».

Combatió también el paganismo, en medio de la evangelización de Occidente, problema que enfurecía en la época ya sea fuese entre los Romanos o entre los Bárbaros. Este fue un período extremamente difícil y un verdadero desafío para los Pontífices de este siglo. Benedicto XVI, en sus catequesis en la audiencia general de los miércoles, dedicó a San León Magno un bello pronunciamiento, en el cual destaca su papel en este ámbito:

Los tiempos en los cuales vivió el Papa León eran muy difíciles: la repetición de las invasiones bárbaras, la progresiva debilitación en Occidente de la autoridad imperial y una larga crisis social habían impuesto que el Obispo de Roma […] asumiese un papel de relevo también en las vicisitudes civiles y políticas.

[…] Consciente del momento histórico en el cual vivía y de la transformación que se estaba por verificar en un período de profunda crisis de la Roma pagana para la cristiana, León Magno supo estar cerca del pueblo y de los fieles con la acción pastoral y con la predicación. [3]

El Santo Padre resaltó también en la audiencia la forma como el histórico Pontífice y Doctor de la Iglesia «contrastó las supersticiones paganas». [4] En el período en que vivió San León Magno era costumbre, aún entre los cristianos, poseer viejas costumbres que no dejaban con facilidad, tradiciones paganas enraizadas que, incluso después del bautismo, tardaban en ser abandonadas.

El Problema del Paganismo

Desde el Edicto de Milán, en 313, los cristianos vivieron en una casi ininterrumpida paz y prosperidad. Solo el reinado de Juliano el apóstata había abalado el cristianismo con sus medidas que favorecían el paganismo, equiparando en una primera etapa el culto de los dioses al culto de los «galileos», como él se refería a los cristianos, y promoviendo la erección de hospicios y albergues, movidos por principios paganos y promovidos por el Estado, a fin de usar un principio hasta entonces fundamentalmente cristiano: la caridad. [5] La segunda etapa sería la persecución y el silenciamiento de aquellos que adoraban un solo Dios encarnado, muerto y resucitado para la salvación de muchos.

Muerto Juliano, en 363, en una célebre y desastrosa campaña contra los persas, y cesada la persecución, el Cristianismo continuaría floreciendo. Entretanto, con el pasar del tiempo y el cambio de siglo, «los cristianos poco habituados a la lucha habían perdido la costumbre de combatir y sucumbían al primer embate. No teniendo enemigos violentos que los obligasen a vivir atentos, muchos se habían acostumbrado a una vida fácil y poco cristiana». [6] Nos cuenta también Daniel-Rops que la sociedad bautizada, a inicios del s. V ya no tenía el vigor de otros tiempos, pues «a medida que el cristianismo iba creciendo en medio de una sociedad pagana, le era más difícil preservarse de la contaminación». [7]

El Papa San León Magno se enfrentaría con esa cizaña que nacía en medio del trigo, pasando para la Historia su indignación al ver a los fieles, antes de entrar al culto cristiano en el interior de la primitiva edificación construida sobre la tumba de San Pedro, saludando con acostumbrado gesto ritual al sol invictus.[8] Su indignación trasparece de modo especial en el Sermón 22, donde hace una fuerte crítica contra aquellos que veneran los astros: «El corazón de estos hombres está envuelto en cuyo corazón está envuelto en tinieblas, y ellos son extraños a todo el progreso de la verdadera luz, porque todavía siguen los errores más tontos del paganismo». [9]

Se verifica así que, con verdadero celo y solicitud pastoral, San León Magno se serviría de un singular instrumento para instruir a la comunidad cristiana: sus sermones. En ellos, exhortaba «al clero y a los fieles a vivir el bautismo imitando a Cristo, y a la preservación en la fe delante del peligro de las herejías y de las costumbres paganas». [10]

Por el Diácono José de Andrade, EP

(El Lunes – II Parte: La importancia de los sermones de San León; Propuestas contra el paganismo en los Sermones de San León)

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[1] Para l historia de San León Magno y las respectivas fechas nos basamos em BOGAZ, A.; COUTO, M.; HANSEN, J. Patrística: caminhos da tradição cristã. 2. ed. São Paulo: Paulus, 2009. Também em GLAVAN, Arnóbio. História da Igreja. São Paulo: Curso São Tomás de Aquino – ITTA, 2003. Por fim, em DROBNER, Hubertus. Manual de Patrologia. Petrópolis: Vozes, 2003.

[2] Se conservan hoy 143 Cartas e 96 sermões considerados auténticos. Johannes Quasten confirma éste número, aunque levanta la posibilidad de más un sermón (97) de acuerdo con la nueva edición crítica de A. Chavasse. Apud INSTITUTO PATRISTICO AUGUSTINIANUM. Patrología. Dir. BERARDINO, Angelo. Madrid: BAC, 1993. p. 727-728.

[3] BENTO XVI. São Leão Magno. Audiência Geral – Sala Paulo VI. Quarta-feira, 5 de Março de 2008. In: . Último acesso em 9 de jul 2010.

[4] Idem.

[5] Cf. LLORCA, Bernardino. Historia de la Iglesia Católica. 6. ed. Madrid: BAC, 2005. Vol. I. p. 420.

[6] Idem, p. 481.

[7] DANIEL-ROPS. A Igreja dos tempos Bárbaros. São Paulo: Quadrante, 1991. p. 253.

[8] Idem, p. 254.

[9] Cfr. PATRÍSTICA. Leão Magno: Sermões. 2. ed. Tradução SCHIRATO, Sérgio et all. São Paulo: Paulus, 2005. Vol. 6. p. 42.

[10] INSTITUTO PATRISTICO AUGUSTINIANUM. Patrología. Dir. BERARDINO, Angelo. Madrid: BAC, 1993. p. 721.