Ciudad de México (Martes, 01-02-2011, Gaudium Press) El Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de Ciudad de México y Primado de México, hizo un fuerte llamado a los fieles de su país a luchar a favor de la paz y la verdad dejando de lado todo odio y violencia. El mensaje lo pronunció el pasado domingo en la tradicional homilía de la misa que celebra en la Catedral Metropolitana de Ciudad de México.
El purpurado -reflexionando sobre la Bienaventuranza de la Paz: «Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios», y ante la difícil situación de violencia por la que atraviesa su país- recordó que el camino para lograr cambios reales e irreversibles es a través del amor y de la paz.
En este sentido, igualmente dijo: «El odio y la violencia siempre nos llevarán a la destrucción y al retroceso (…) Es incuestionable que el amor y la paz, proclamados por Cristo, han beneficiado mucho más a las personas y a la humanidad que las revueltas de los zelotas, las guerras civiles y la lucha de clases».
Continuando, añadió: «Es claro que en nuestros días el pueblo mexicano lo que está esperando son propuestas de progreso y no enfrentamientos inútiles, proyectos incluyentes y participativos y no protagonismos pasajeros, programas productivos y creadores de riqueza y no el reparto de amargura y de desesperanza».
Más adelante, el purpurado invitó a seguir el ejemplo de Jesús, quien «no solamente rechazó la violencia del que recibe la bofeteada en la mejilla, invitándolo a poner la otra, sino (…) que rechazó la violencia institucionalizada, la violencia de aquellos que humillan y explotan a los demás (…)».
Al respecto, también aclaró que el pacifismo de Cristo no debe expresarse como falta de acción, sobre todo, cuando el actuar tiene que ver con la defensa de la dignidad humana, puesto que la conversión, invita igualmente «al cambio, a la transformación, a la renovación de las personas y de la comunidad». Y precisamente estos cambios no se dan con odio y violencia, sino con «el amor y la paz».
Este llamado a la conversión desde la paz, fue reiterado por el Cardenal Rivera al invitar a los centenares de fieles presentes en la Catedral a decir la Oración de la Paz: «Reconozcamos que necesitamos cambiar y que este cambio sólo se puede dar si abrimos nuestro corazón al Príncipe de la Paz, Jesucristo nuestro Señor».
Con información del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
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