Washington (Miércoles, 09-02-2011, Gaudium Press) El proyecto de ley conocido como «No Taxpayer Funding for Abortion Act» -No Fondos de los Contribuyentes para el Aborto-, y que ha sido designado como «H.R.3», está siendo animado por los Obispos católicos de los Estados Unidos (USCCB). Por lo menos esto fue lo que manifestó Richard M. Doerflinger, Director Asociado del Secretariado Pro-Vida del Episcopado Estadounidense, en un testimonio dado ayer ante la Subcomisión Judicial de la Cámara estadounidense.
«El H.R.3 debería escribirse como una ley permanente de una política que ya había sido fuente de acuerdo popular y del Congreso desde hace 35 años: El gobierno federal no debe usar dinero de los contribuyentes para apoyar o promover el aborto electivo»; dice parte del testimonio de Doerflinger, que fue dado a conocer en un comunicado de prensa de la USCCB.
En el testimonio, el Director Asociado del Secretariado Pro-Vida, también recuerda que desde el año 1976 «este principio ha sido consagrado en la enmienda Hyde en las cuentas anuales de los créditos de financiación del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) -por sus siglas en inglés-, y en numerosas disposiciones similares que rigen una amplia gama de programas nacionales y extranjeros».
Dijo, además, que el proyecto «siempre ha contado con el apoyo del pueblo estadounidense», lo cual, según dice en su testimonio, se ve reflejado en diversas encuestas, como el sondeo de Quinnipiac University que, en el año 2009, reflejó un 72% de oposición a que los abortos se realicen con fondos públicos, ante una reforma de la salud. Otra investigación -realizada por CNN en noviembre del 2009 -, mostró, de manera similar -y como cuenta Doerflinger-, un 61% de oposición al uso de fondos públicos, especialmente cuando la mujer no puede pagar un aborto.
Sobre el uso de fondos federales, particularmente para los abortos, Doerflinger también expresó: «El hecho es que la política del Congreso ha sido muy consistente durante décadas, pero la aplicación de la política en la práctica ha sido, poco a poco, confusa y, a veces, tristemente inadecuada».
Ante lo cual, también añade: «Si un proyecto de ley como el H.R.3 hubiese sido promulgado antes de que comenzara el debate sobre la reforma de la salud, éste no se habría centrado sobre la financiación del aborto. Se habría eliminado un obstáculo importante para el apoyo de los católicos y otros norteamericanos pro-vida, y la legislación final no habría sido tan gravemente dañada por las disposiciones que pone en grave riesgo a los niños que están por nacer».
El Director Asociado del Secretariado Pro-Vida, también habló ante la Subcomisión Judicial de la Cámara sobre la necesidad de asegurar la protección de los derechos de conciencia de los agentes de salud, principalmente de aquellos médicos que no participen de un aborto, y cita el importante papel que jugarían, en este sentido, los hospitales católicos que prestan sus servicios en los Estados Unidos.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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