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Texcoco (Viernes, 11-02-2011, Gaudium Press) Con una gozosa celebración eucarística, el Seminario Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, en Texcoco, Estado de México -cuya misión se centra en la formación de vocaciones adultas- finalizó ayer, 10 de febrero, el jubileo por ocasión de los 30 años de su fundación.
La conmemoración de este trienio -que contó, entre otros, con la presencia de seminaristas y sacerdotes que han sido formados en este instituto- fue ocasión para recordar la labor que en 1981 comenzó el padre Agustín Desobry, fundador del Seminario, en la promoción de vocaciones que «en la tarde» fueron llamadas al servicio de la Iglesia a través del sacerdocio.
Precisamente esta festividad fue abierta el año pasado por Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, obispo de la Diócesis de Texoco, quien, en la ocasión felicitó a sus miembros y egresados y destacó que el seminario, «queriéndolo sin querer, se ha convertido en un símbolo de lo que es la gracia de dios en el camino vocacional».
Ese entonces el obispo, también dijo: «Importante es recordar que uno de los matices de este seminario es recibir personas que habían estado en el corazón del pueblo, personas que habían vivido, que habían estado muy cerca en las tribulaciones en las amarguras, en las dificultades, en la problemática nacional o del lugar que procede; quiere decir que este seminario formará sacerdotes muy sensibles al estilo de Cristo como tanta veces repite el Evangelio».
Una Obra Nacional de Vocaciones Adultas
El seminario, que es hoy una Obra Nacional de Vocaciones Adultas, es una interpretación que, por obra del mismo Espíritu Santo, hizo el Padre Desobry. «Desde el Vaticano II, muchos seglares sirven y tienen un compromiso pastoral; éstos podrían llegar a ser Pastores de la Iglesia. Por ello, para darles el ambiente que conviene a la edad y a su experiencia, para completar sus estudios, el Padre Agustín fundó el Seminario de Vocaciones Adultas. El fin de esta obra es formar sacerdotes para las Diócesis más necesitadas. Actualmente el seminario de vocaciones adultas brinda la oportunidad de la formación sacerdotal a aquellos jóvenes que han dejado de estudiar, o no pudieron completar sus estudios», explica el seminarista Andrés Rogelio Arellano Aguilar, sobre el interés que tuvo el Padre Desobry en la formación de vocaciones tardías.
En este sentido, el seminario y obra nacional, tiene como principal objeto acoger aquellos aspirantes al sacerdocio que, por su edad, no pueden ingresar a otros seminarios, y que pueden dar grandes aportes para la vida de la Iglesia, especialmente aquellas diócesis con escases de sacerdotes.
Por lo menos esto es lo que se ha demostrado en estos 30 años, puesto que el instituto ha formado a cerca de 200 sacerdotes, que hoy brindan su servicio a 40 diócesis mexicanas y en el extranjero.
Por tratarse de personas adultas, el seminario también ofrece un curso introductorio para apoyar el discernimiento de la vocación, brindar formación en la de e iniciar en la oración, la liturgia, Biblia y teología del sacerdocio.
Con información de la Diócesis de Texcoco.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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