Ciudad del Vaticano (Miércoles, 23-02-2011, Gaudium Press) El pasado lunes, un terremoto de 6.3 en la escala Ritcher, considerado de potencia moderada para la región, pero cuyo epicentro ocurrió a solo 10 km de la superficie, dejó un rastro de destrucción en Nueva Zelanda. La ciudad más afectada, Christchurch («Iglesia de Cristo»), es la segunda más importante del país, y con gran población católica. Hasta el momento, 65 personas fallecieron y hay todavía centenas de enterrados y heridos.
Hoy el Vaticano envió una nota de pesar y condolencias al país. «Su Santidad asegura al pueblo de la ciudad y la nación sus oraciones para todos aquellos que están trabajando urgentemente para rescatar y asistir a los enterrados y heridos, así como aquellos que están trabajando para restablecer los servicios esenciales», escribe el Cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano.
El mensaje fue enviado al obispo de Christchruch, Barry Tones, que vio la principal iglesia de la ciudad, la Iglesia de Piedra, colapsar con el fuerte temblor.
El Papa también reafirmó sus oraciones durante la audiencia general de este miércoles, en la Sala Pablo VI del Vaticano.
«Ahora -dijo el Papa recordando las víctimas de Christchurch- mis pensamientos se dirigen especialmente a las personas que allí están siendo duramente probadas por esta tragedia. Pidamos a Dios que consuele su sufrimiento y que ayude a todos los que están involucrados en las operaciones de rescate. También pido a ustedes que se unan a mí en las oraciones por todos aquellos que perdieron sus vidas».
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