Redacción (Jueves, 03-03-2011, Gaudium Press) La Secretaría General del Episcopado Ecuatoriano emitió ayer un comunicado concerniente a una masiva campaña de «planificación familiar» y «control de la natalidad» que se adelanta en el país andino. Reproducimos el comunicado en su integridad:
Quito, marzo 2 del 2011
Frente a la campaña agresiva y masiva de planificación familiar y el control de la natalidad anunciada por el Gobierno y, ante la preocupación que la misma ha originado en los creyentes y personas de sana moral, la Iglesia católica manifiesta lo siguiente:
– Reconoce la vida como el más inapreciable don de Dios, que se debe recibir con gratitud y administrar con responsabilidad, y sobre el cual nadie tiene el derecho de destruirla sino el deber de protegerla, desde el momento de su concepción hasta su final natural.
– La sana moral enseña que la natalidad no se controla con métodos mecánicos ni con tratamientos farmacológicos sino con una adecuada educación sexual, que lleva al respeto de la relación sexual como expresión del auténtico amor humano, exclusivo y estable por definición, fuente de nuevas vidas. El amor entre hombre y mujer no puede ser reducido al simple placer y satisfacción, que lo convierte en objeto efímero de consumo y daña la actitud de mutua y sincera entrega, que es clave para la felicidad.
– Lo que los jóvenes más necesitan no es una promesa falsa de sexo seguro e información sobre métodos anticonceptivos, sino una formación integral sobre su sexualidad que abarque el aspecto corporal, emocional, espiritual y afectivo. Desde hace algunos años la Iglesia viene difundiendo, para la enseñanza secundaria, una serie de folletos sobre educación sexual con el título «saber amar», en los que se enfoca la sexualidad de manera constructiva, que orienta la afectividad hacia la formación de la familia y no la rebaja a simple técnica de ‘hacer el amor’, sin la ulterior responsabilidad.
– La mayoría de los métodos artificiales de control de la natalidad, que se difunden con mucha propaganda y ofrecimientos engañosos, respondiendo a intereses económicos y planteamientos geopolíticos de los poderosos, generalmente son abortivos. No curan enfermedad alguna y tampoco garantizan el fin que declararan, limitar la natalidad. Ocasionan la muerte de un ser humano en el vientre mismo de la madre. La esterilización, a su vez, es la mutilación de un órgano noble, inaceptable como medio de control natal según la ley de Dios.
– Las campañas masivas destinadas a promover el uso de medios anticonceptivos han fracasado en muchos países, donde han contribuido al fomento de la promiscuidad, a la multiplicación de enfermedades venéreas y crecimiento del número de abortos, en perjuicio de la célula fundamental de la sociedad, que es la familia.
– Las políticas públicas de salud y educación deben tomar muy en cuenta la necesidad de una formación integral de la juventud y atender al gran vacío que se percibe en la solidaria ayuda a las embarazadas prematuras, en el plano sicológico, afectivo, económico y de apertura de oportunidades en la vida.
SECRETARÍA GENERAL DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ECUATORIANA
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