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Ciudad del Vaticano (Lunes, 14-03-2011, Gaudium Press) Oración, proximidad espiritual y ayuda. Es lo que el Papa Benedicto XVI garantizó al Japón ante las consecuencias del gran terremoto y, principalmente, del tsunami generado por el fuerte temblor, que afectaron al país el pasado viernes y que, hasta el momento, ya dejara más de 1500 muertos. Además de millares de desaparecidos.
Ayer, después de la ceremonia de recitación de la oración Mariana del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre la tragedia y anunció que enviará cerca de 150 mil dólares en ayuda a través del Pontificio Consejo «Cor Unum», dicasterio que gestiona las obras y actividades de caridad del pontífice.
«El Señor está cerca de nosotros! Las imágenes del trágico terremoto y del consecuente tsunami en Japón nos dejó a todos muy impresionados», dijo Benedicto XVI, alentando a «todos los que con mucho esmero se están empeñando para llevar ayuda». El Papa pidió a todos los fieles que permanezcan «unidos en la oración».
En inglés, el Papa dijo: «Pido a ustedes que se unan a mi en oración por las víctimas de la reciente devastación que se abatió sobre Japón. Que los heridos y los familiares de las víctimas sean consolados y que los equipos de rescate sean fortalecidos en sus esfuerzos por asistir al valiente pueblo japonés».
Además de la donación del «Cor Unum», la ayuda material a los japoneses vienen también de la propia Iglesia del país. Fue anunciado por el Episcopado Japonés el inicio de una colecta nacional en todas las diócesis, con un especial énfasis en la de Tokio.
Telegrama
El sábado, un día después de la tragedia, el Papa ya había enviado un telegrama de condolencias al Japón. Escrita, en nombre del pontífice, por el Cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, la carta fue dirigida al presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos del país, Mons. Leo Jun Ikenaga:
«Profundamente entristecido por los repentinos y trágicos efectos del gran terremoto y de los consecuentes tsunamis que afectaron las regiones de la costa nordeste del Japón, Su Santidad el Papa Benedicto XVI asegura su proximidad a todos los que fueron afectados en este momento difícil. El reza por aquellos que fallecieron, y sobre sus familias y amigos en dolor invoca bendiciones divinas de fuerza y consuelo. El Santo Padre también expresa su fervorosa solidaridad con todos aquellos que están llevando rescate, alivio y apoyo a las víctimas de los desastres».
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