Canelones (Martes, 15-03-2011, Gaudium Press) «El primer paso de la vida cristiana, el fundamento al que debemos siempre volver es a Cristo, acogido en la fe. De aquí la invitación para cada uno de nosotros: ¡volvámonos a Cristo!, giremos hacia él, pongamos toda nuestra atención en él. Dios está en Cristo reconciliando al mundo consigo, por eso, como embajadores de Cristo, en nombre de Cristo les suplicamos: ¡déjense reconciliar por Dios! El llamado a la conversión, a volvernos hacia Cristo, es antes que nada un llamado de Dios a dejarnos querer, a dejarnos perdonar, a dejarnos abrazar por el Padre, que sale a nuestro encuentro, a arrojarnos en sus manos, como niños en brazos de su madre»; con estas palabras Mons. Alberto Sanguinetti Montero, Obispo de Canelones, Uruguay, inicia su Carta Pastoral «Volvamos a Cristo y a su Iglesia» para esta Cuaresma.
En el mensaje, el obispo también recuerda que uno de los caminos para volver a Jesús es precisamente por la fe, «una fe que se confía totalmente en él, se abandona en él», y conociendo la fe católica, que da frutos gracias a lo que Jesús enseñó y está consignado, justamente, en el Credo; «a partir del Credo de nuestro bautismo, volvámonos a Cristo y a su Iglesia buscando conocer y comprender más ampliamente la fe católica», reitera Mons. Sanguinetti Montero.
Al respecto, en unión con el tiempo litúrgico de la Cuaresma y el 50 aniversario que la Iglesia de Canelones conmemora este 2011, el obispo dice que estos dos acontecimientos son también una ocasión propicia para reconocer a Cristo en su Iglesia. «No separemos nunca a Jesucristo de su Iglesia, porque Él no hace nada sin unir consigo a su Iglesia, su Esposa, su Cuerpo, su plenitud. Este año de gracia es un llamado a profundizar cómo la fe en Cristo incluye a la Iglesia. Es un llamado a reconocer la gracia de la Iglesia como don de Dios, en el cual recibimos todo perdón, gracia y santificación», agrega.
En la Carta Pastoral, Mons. Sanguinetti Montero, igualmente invita al ejercicio de la Santa Cuaresma que «es un especial camino para que nos volvamos a Cristo y a su Iglesia». «Entre nosotros tiene sus dificultades propias: toma parte del verano, hay un carnaval interminable, el ambiente no ayuda, etc. Sin embargo, de todas formas, es éste un llamado a cada uno y a todos juntos como comunidad a recorrer, con verdadera entrega y fidelidad, el camino cuaresmal», concluye.
En Cuaresma hay que someter el alma a un «chequeo»
Mons. Jaime Rafael Fuentes, Obispo de Minas, Uruguay, también dirigió a los fieles de su diócesis un mensaje con ocasión del tiempo litúrgico que inició el pasado Miércoles de Ceniza, 9 de marzo. En ella el Obispo anima a realizar la siguiente reflexión: «¿Qué debemos hacer para sacarle el máximo partido a este tiempo litúrgico, que termina con la celebración incomparable de la resurrección de Jesús?». Pregunta que Mons. Fuentes responde invitando a todos sus fieles a someter a su alma a un «chequeo». «En este itinerario de conversión, de acercamiento a Dios, la dificultad mayor la tendría una persona que, haciendo su ‘chequeo’ espiritual, dijera que no encuentra nada de qué arrepentirse, que él o ella es ‘buena gente’, que nunca mató a nadie, que nunca robó, que… habría que ayudarla. Un modo puede ser ir desmenuzando cada uno de los siete pecados capitales», añade.
El Obispo de Minas, asimismo, anima a sus fieles a que se acerquen, con mayor esmero, al sacramento de la reconciliación: «Durante el tiempo de Cuaresma, especialmente, hay que darle mucho trabajo a los sacerdotes, acercándonos al confesionario para abrir el propio corazón y descargar en el de Jesús (…) toda la basura que, al terminar la confesión, será triturada y enterrada para siempre: en la presencia de Dios, ¡»eso» nunca existió!».
Con información de la Conferencia Episcopal de Uruguay.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
Deje su Comentario