Sendai (Miércoles, 06-05-2011, Gaudium Press) «En la tragedia que estamos viviendo y que crea gran preocupación a todos, sabemos que algunos cristianos están trabajando como voluntarios cerca de la central», declaró a la agencia Fides Mons. Martin Tetsuo Hiraga, obispo de Sendai, en cuya jurisdicción se encuentra la central nuclear objeto de la atención del mundo en los últimos días. Mons. Tetsuo Hiraga hace referencia a 10 cristianos que integran el grupo de 180 voluntarios anónimos que en turnos de 50, entran en la planta de energía nuclear para llevar a cabo las operaciones de emergencia.
Tras resaltar el testimonio de los valores del evangelio que dan estos voluntarios cristianos, el obispo de Sendai señaló que «lo están haciendo en la solidaridad, en la dedicación al prójimo, en el espíritu de abnegación. En Fukushima los trabajadores están arriesgando sus vidas para salvar a la población japonesa y para evitar una catástrofe nuclear».
El riesgo al que están expuestos los trabajadores voluntarios de la central de Fukushima, ya ha hecho mella en la salud de algunos. En los últimos días, tres hombres que trabajan cerca del reactor n. 3 de la central han sido hospitalizados a causa de la contaminación radioactiva.
Según señalaron fuentes locales a la agencia Fides, el líder del equipo que dirige los trabajos en la central es cristiano, mientras otros cinco cristianos miembros de una comunidad Bautista están trabajando en el proceso de enfriamiento del reactor n 1 y 2.
Los «héroes de Fukushima» cristianos -como ya empiezan a ser conocidos- han convocado el acompañamiento espiritual de sus hermanos de fe en el mundo entero y han pedido oraciones «para confiar sus vidas a las manos de Dios», teniendo «plena conciencia de estar dando su vida por los demás, en la fe y la oración».
El difícil destino de los voluntarios ha manifestado su esencial dramatismo en algunas de las comunicaciones que ellos han dirigido a sus familiares: «Por favor, trata de estar bien, al menos tú -le dice uno a su esposa-; yo no puedo volver a casa por ahora». En su cuenta de Twitter, la hija de uno de los voluntarios escribió: «El que está dentro de Fukushima es un combatiente, se está sacrificando a sí mismo para protegerte a ti». Sin embargo, no pudo evitar el surgir después su sentimiento filial: «Por favor papá, regresa vivo a casa».
Crece la solidaridad de la Iglesia hacia el Japón
La Santa Sede ha anunciado que va a destinar a las víctimas del terremoto y el tsunami en Japón la colecta efectuada durante la Misa In Coena Domini, que el Santo Padre celebrará el próximo Jueves Santo, 21 de abril. Según fue expresado desde el Consejo Pontificio «Cor Unum» también a la agencia Fides, el noble gesto del Papa «quiere tener un valor paradigmático y animar a otras iglesias de todo el mundo a seguir su ejemplo, dada la emergencia en Japón».
«Damos las gracias al Santo Padre de corazón por esta señal ulterior de atención para con la población japonesa afectada por el terremoto y el tsunami. Aceptaremos este regalo con gran alegría. La Iglesia y Cáritas Japón están trabajando mucho por las víctimas. Ahora acaban de llegar a la Diócesis de Sendai, la más afectada, los primeros 150 mil dólares de las ayudas enviadas por el Consejo Pontificio «Cor Unum». Se utilizarán para ayudar a las personas en necesidad, para reparar las iglesias y reconstruir los hogares», declaró a su vez Mons. Hiraga.
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