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Londres (Jueves, 07-04-2011, Gaudium Press) La más antigua representación de Jesucristo: ese podría ser el gran hallazgo encontrado en Israel, según publica el Daily Mail Online en su edición del Lunes pasado.
Se trata de una pieza de un conjunto de 70 ‘codices’, artefactos a la manera de libros de hojas de plomo, una muestra de los cuales está siendo examinada por investigadores ingleses y suizos. La tapa del códice en cuestión ofrece una representación de un hombre joven con barba, de cabellos rizados, y que contiene marcas en su frente que pueden ser interpretadas como una corona de espinas. El tamaño de los códices varias entre las 3×2 pulgadas y las 10×8.
Los códices fueron hallados en una cueva en las montañas que dan hacia el mar de Galilea, en las cercanías de la ciudad de Saham. Según fuentes consultadas por el Daily Mail en esa ciudad, los códices fueron descubiertos 5 años después de que una inundación repentina recorriera el suelo polvoriento de una de las montañas. El paso del agua permitió revelar la existencia de una losa, que cuando fue descorrida abrió el paso a una cueva con un gran número de pequeños nichos incrustados en las paredes. Cada uno de estos nichos contenía uno de los códices. Había también otros objetos, incluyendo algunas placas de metal y pergaminos enrollados de plomo.
Los dibujos que están en los códices son acompañados por inscripciones de una lengua de tipo fenicio, que no ha sido identificada con exactitud, trabajo que demandará ingentes esfuerzos de los investigadores. Entretanto, una de las pocas frases que ha sido traducida, dice, de forma sorprendente, «Salvador de Israel».
En apoyo a la autenticidad de los códices están los resultados de la investigación del Laboratorio Nacional de Materiales de Suiza, en Dubendorf, que afirman que los códices son consistentes con el antiguo periodo romano de producción de plomo, y que el metal de que están compuestos se funde a partir de minerales originados en el mediterráneo. Asimismo, investigadores afirman que la corrosión que presentan los elementos es muy poco probable que sea moderna.
También Margaret Barker, antigua presidente de la Sociedad para el Estudio del Antiguo Testamento y una de las principales expertas británicas en cristianismo temprano, afirma que la interpretación de los códices como objetos proto-cristianos es apoyada por el hecho de que en uno de ellos se represente un rostro humano, alejando a los objetos de la pertenencia al judaísmo del tiempo, que prohibía la representación de figuras vivas, lo que era considerado como idolatría.
Entretanto, continúan los estudios.
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