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Río de Janeiro (Jueves, 07-04-2011, Gaudium Press) Un crimen que el Brasil desconocía, visto solo en las crónicas policiales americanas, alemanas y de otros países europeos. Pero en la mañana de este jueves, un hombre de 24 años entró a una escuela pública de Enseñanza Fundamental en el barrio de Realengo, en Río de Janeiro, y abrió fuego, matando 11 niños que asistían a las clases e hiriendo otros 18. El tirador, ex-alumno de la institución, se mató en seguida.
Según los primeros relatos, el joven Wellington Menezes de Oliveira había dejado una carta en el lugar, escrita de forma confusa, donde revelaba y «explicaba» el motivo de sus actos. La carta todavía está siendo valorada por la policía. El arzobispo de la arquidiócesis de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta, divulgó una nota lamentando el atentado a la Escuela Municipal Tasso Fragoso da Silveira. Según el arzobispo, el atentado «hirió no solo a aquellos que fueron afectados, sino también a todos los cariocas» (vea la nota íntegra abajo).
La presidente Dilma Roussef pidió un minuto de silencio y lloró al hablar sobre el atentado. «Hoy, tenemos también que lamentar el hecho que sucedió en Realengo con niños indefensos. No era característica del país que ocurriese este tipo de crimen. Por eso, considero que todos aquí, hombres y mujeres, estamos unidos en el repudio a aquel acto de violencia, en el repudio a ese tipo de violencia sobre todo a niños indefensos», afirmó, diciéndose «en shock» con las noticias.
El gobernador de Río de Janeiro, Sérgio Cabral, y el prefecto, Eduardo Paes, también manifestaron repudio al ataque. El ministro de Educación, Fernando Haddad, dijo que el atentado es una «tragedia sin precedentes en Brasil».
NOTA DEL ARZOBISPO DE RÍO SOBRE EL ATENTADO EN LA ESCUELA TASSO FRAGOSO DA SILVEIRA
«El atentado a tiros contra alumnos, alumnas, funcionarios y otras personas, ahora por la mañana, en la Escuela Municipal Tasso Fragoso da Silveira, en Realengo, zona oeste de nuestra ciudad, que ocasionó también muertos y con la consecuente muerte del tirador, hirió no solo a aquellos que fueron afectados, sino también a todos los cariocas.
Como Pastor de esta Arquidiócesis, lamento profundamente lo sucedido, rezo y me uno al dolor de todos los que fueron victimados, padres, familiares y amigos. Pido al Señor Jesús, en este tiempo de Cuaresma, que a todos conforte y envío también una bendición especial, pidiendo a Dios que tal hecho no vuelva a ocurrir en nuestra ciudad.
Río de Janeiro, 7 de abril de 2011
Mons. Orani João Tempesta
Arzobispo de Río de Janeiro»
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