Ciudad de México (Lunes, 02-05-2011, Gaudium Press) «En un mundo como el nuestro cada vez más laicista y secularizado, la única forma de ser significativo es vivir ‘la mística de los ojos abiertos’. La mística de aquel que no sólo se encuentra con Dios y es consciente de este encuentro, sino que además coloca a Dios revelado en Jesús en el centro de su corazón»: fue la invitación que hizo Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México, a los asistentes quese encontraban en la apertura de la Asamblea Anual de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM), celebrada en Taneplanta, Estado de México, del pasado 29 de abril al 1º de mayo.
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En su mensaje de apertura, Mons. Pierre también les dijo a los miembros de este encuentro que muchos de los cambios que vive actualmente la sociedad -caracterizada por una visión que es dominada por la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación social al servicio del mercado, y una cultura sometida al secularismo e individualismo- están afectando también a los discípulos misioneros de Jesús; pero que es precisamente en este tiempo y en esta realidad que «el Espíritu llama a las personas consagradas a dar razón de su ser y de su quehacer en el mundo, sin ser del mundo».
Al respecto, el Nuncio Apostólico en México recordó que la vida religiosa ha sido y será siempre una iniciativa de Dios: «Es siempre Él quien toca y llama a las puertas de la libertad de la persona humana; toca para, ante todo, establecer una alianza (…) con cada hombre y con cada mujer por Él elegido y llamado, en consecuencia a ‘estar con Él'».
En sintonía con lo anterior, dijo que la vida religiosa debe caracterizarse justamente «por su capacidad para abrirse a una fuerte experiencia de Dios a partir del encuentro con Jesús vivido en una alianza, que se crea y desarrolla en el ‘estar’ permanentemente con Él y en Él».
Retomando una de las invitaciones que el Papa Benedicto XVI hizo durante la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Aparecida, Brasil, en el 2007, Mons. Pierre invitó a los asistentes a tener como único objetivo la santidad: «La santidad no es sino fruto del ‘estar con Cristo’; fruto del encuentro personal, íntimo, real, con Jesús y de la adhesión cada vez más consciente, humilde y profunda con Él. De un ‘estar con Él’ a través de la permanente conversión y renovación que, como a semejanza de la experiencia de los apóstoles antes y después de la resurrección del Señor, sea, también un caminar con y desde Cristo, y en consecuencia, con y en la Iglesia».
Al concluir su intervención, el Nuncio Apostólico en México, haciendo suyas nuevamente palabras del Santo Padre, invitó a todos los miembros de la Asamblea de la CIRM a «conocer humilde y verdaderamente a Dios», para que conociéndolo, se aprenda «la verdadera obediencia que es el fundamento de la libertad humana».
La Asamblea de la CIRM, que es un organismo nacional de derecho pontificio constituido por la Sagrada Congregación de Religiosos en noviembre del año 1959, se desarrolló en torno al lema «Escuchar a Dios donde la vida clama». Este organismo tiene como misión animar, ayudar e inspirar la vida religiosa en México.
Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
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