Concluye Asamblea Plenaria del Episcopado en México con un mensaje a los sacerdotes para que "vivan de acuerdo a la vocación que han recibido"

Ciudad de México (Viernes, 03-06-2011, Gaudium Press) Continuando el camino de la Misión Permanente -invitación que los Obispos Latinoamericanos hicieron a las Iglesias particulares de América Latina en Aparecida, Brasil, en el año 2007 -, concluye hoy en México la 91ª Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano con un llamado especial a los sacerdotes y seminaristas a vivir «de acuerdo a la vocación que han recibido».

Los Obispos, reunidos en la Asamblea desde el pasado lunes 30 de mayo, se propusieron reflexionar sobre la «Formación de los discípulos pastores para el México de Hoy», lema del encuentro, con el objeto de acercarse a la realidad que viven actualmente los sacerdotes y seminaristas, y así hallar caminos que contribuyan a su adecuada formación de cara, justamente, a la Misión Permanente.

«Constatamos y valoramos que la mayoría de los presbíteros se entregan permanentemente a la atención pastoral de sus comunidades, siendo en medio de ellas hombres de comunión, misión y diálogo. Apreciamos profundamente el heroísmo, con el cual muchos sacerdotes, así como personas consagradas y laicos comprometidos, han mantenido su servicio pastoral, aún a riesgo de su vida, en regiones fuertemente golpeadas por grupos criminales», destacan los Obispos Mexicanos, en un mensaje dirigido ayer.

Igualmente, «con la predicación del Evangelio del perdón y de la paz, de la vida y del progreso, del esfuerzo y de la generosidad», los obispos agradecieron la entrega generosa de los sacerdotes, y reconocieron, «con humildad y dolor», las fallas que varios de ellos han cometido en el ministerio sacerdotal; «todos nos reconocemos necesitados de conversión personal y pastoral, a fin de ser pastores muy sensibles al sufrimiento que vive el pueblo», agregan.

La Asamblea Plenaria de Obispos mexicanos, también se dirige especialmente a los seminaristas, a quienes saludan «con alegría y entusiasmo (…) porque han elegido consagrarse al servicio de Dios y de sus hermanos». Asimismo, los invitan a asumir con entusiasmo y gozo todos los esfuerzos que implica el proceso formativo.

Recuerdan también que la vocación «es un don de Dios que compromete a toda comunidad, particularmente a la familia creyente, pues en ella se cultivan los valores de entrega de sí mismo, del servicio, de la generosidad y de la práctica de la fe», y animan para que los esfuerzos pastorales que buscan la promoción y consolidación de las familias cristianas puedan llevarse a cabo.

Más adelante, y en aras de una formación permanente, los Obispos hacen una invitación a que todos los presbíteros y los alumnos del seminario «asuman la formación integral», y hacen énfasis en que ésta ha de ser «un proceso constante».

Al respecto, la Asamblea Plenaria reconoce «la importante labor» de los formadores de los seminarios, y los invitan a que continúen prestando su servicio pastoral a la Iglesia. A ellos también hacen un llamado: «los exhortamos para que como discípulos de Cristo sigan acompañando a los alumnos con cercanía, buscando siempre los mejores recursos pedagógicos, para introducirlos en la comunión con Dios, en el desarrollo humano, en el cultivo de la inteligencia y de la creatividad pastoral».

Finalmente, los obispos también invitan a que se propicie la fraternidad solidaria entre los sacerdotes, prestándoles particular atención a aquellos miembros del clero que deben enfrentar, por su labor pastoral, situaciones delicadas para su vida.

Participaron de esta Asamblea los obispos de las 91 diócesis mexicanas. El evento tuvo lugar en las instalaciones de Casa Lago, Cuautitlán Izcalli, Estado de México.

Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).