Ciudad de México (Jueves, 23-06-2011, Gaudium Press) En la ordenación de 29 diáconos (17 transitorios y 12 permanentes) el pasado sábado, el Cardenal Norberto Rivera Carrera se explayó sobre el perfil del diácono, de acuerdo a las escrituras y la historia de la Iglesia.
Cardenal Norberto Rivera Carrera, Primado de México |
Según el Primado de México el diaconado -que es una de las máximas expresiones del amor de Dios y que vuelca su servicio particularmente sobre los más necesitados-, «a través de los siglos ha tenido presencia en la Iglesia, desde el inicio de las primeras comunidades cuando éstas manifestaban sus necesidades; desde ahí nace este ministerio establecido y confiado por Jesucristo con una característica muy especial, el de atender y manifestar el amor de Dios a través de obras concretas».
El purpurado también convocó a los ordenandos a preocuparse por su formación permanente: «Ustedes tiene una tarea específica y para cumplirla no basta con la preparación que hasta ahora han recibido, necesitan una preparación permanente en esas vicarías en donde han sido destinados, ninguno de ustedes puede exceptuarse y ninguno va elegir qué ministerio va a realizar; como los presbíteros y como los obispos también ustedes serán enviados y serán enviados por ese obispo que es la cabeza de esa comunidad, no pueden ustedes separarse de esa unión sacramental ya que se deben involucrar en ese proyecto de formación permanente para que su servicio sea dedicado a esa comunidad a la que han sido destinados», declaró.
Los diáconos, según las palabras del Cardenal Rivera, deben estar preparados para cualquier ministerio que les sea encomendado, y en él, debe revelar el espíritu divino: «Para que su servicio sea dedicado a esa comunidad a la que han sido destinados, ustedes tienen que revelar ese espíritu de Dios en cada una de las tareas que se les confiarán, por eso recibirán la imposición de las manos para vivir la comunión sacramental y revelar al pueblo de Dios esa diversidad de ministerios».
Al finalizar la ceremonia se dieron a conocer los nombres de las parroquias adonde se enviaría a cada uno de los recién ordenados diáconos. Los permanentes -como el término lo indica- de forma indefinida y, los transitorios hasta concluir esta etapa de formación, para luego ser ordenados sacerdotes.
Según ya había declarado el P. Sergio Román del Real, responsable arquidiocesano de esa área, entre los 13 nuevos diáconos permanentes se encuentran dos médicos, un comandante de la Policía bancaria, un taxista, un osteópata y un ingeniero químico.
Indicó que para llegar a la ordenación tuvieron que recibir una preparación continua durante cuatro años, proceso en el cual se hallan otros 40 hombres
El diácono
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el papel del diácono -que en griego significa «servidor»-, es el de asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios, sobre todo de la Eucaristía; asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad.
Con información del Siame
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