Santiago (Martes, 05-07-2011, Gaudium Press) Con la asistencia de las máximas autoridades políticas del país, encabezadas por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, se efectuó la tarde del domingo 3 de junio en la Catedral Metropolitana el Solemne Te Deum Ecuménico en conmemoración de los 200 años de vida del Congreso Nacional.
Foto: CECh |
La solemnidad fue presidida por el Obispo Auxiliar y Vicario General de la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Cristián Contreras Villarroel, en compañía de obispos y pastores de distintas confesiones cristianas, quienes junto al altar, proclamaron las lectura bíblicas y oraron unidos a Dios por el futuro de la patria.
En su mensaje, monseñor Contreras destacó la presencia y rol fundamental que la Iglesia ha tenido en la historia republicana de Chile, es así como durante todos estos años ella «fue y es portadora de demandas sociales y promotora de la libertad y la dignidad humana para todos los miembros de la nación».
Y agregó: «Al mirar los doscientos años de vida independiente de nuestro país y sus innegables progresos, sin duda tenemos que dar gracias a Dios por el aporte valioso del poder Legislativo y de quienes, en representación de la ciudadanía, han servido en el Senado y en la Cámara de Diputados».
Un país fundamentado en un desarrollo humano integral
La centralidad del mensaje estuvo marcada por el llamado del obispo a construir un país basado en un desarrollo humano integral, especialmente en estos días en que el «país vive un momento particular, una coyuntura crítica entre muchos avances y esperanzas; un tiempo también de muchos desafíos pendientes. Puede ser ésta una oportunidad propicia para preguntarnos cuál es el rol de nuestras instituciones, entre ellas las cámaras legislativas, frente a los acuciantes desafíos que enfrentamos».
Continuando, el prelado resaltó los aspectos positivos y variables alentadoras que han sido producto del desarrollo alcanzado durante estos últimos años, pero también llamó a las autoridades a reconocer «situaciones graves», especialmente «las insostenibles desigualdades económicas y sociales que excluyen del progreso a amplios sectores de la población. Aunque hay avances significativos en la cobertura de las políticas públicas, no hay soluciones de calidad para todos en educación, salud, vivienda».
Al final de su intervención, monseñor Contreras llamó a los actores políticos y congresistas a «inaugurar un nuevo futuro en la política chilena, un tiempo de diálogos profundos y transparentes, de acuerdos realistas y generosos, de una búsqueda incesante del mayor bien para la sociedad. Eso se construye mirando de frente a los interlocutores y no a las cámaras de televisión; poniendo sobre la mesa la verdad -dificultades y esperanzas, problemas y sueños- y no las simples promesas; aportando a Chile desde nuestra identidad propia, y no desde el discurso `políticamente correcto´».
«Que el Señor bendiga a nuestro Congreso Nacional, a quienes sirven en el Senado y en la Cámara de Diputados, a sus familias, y a todos aquellos que han consagrado su vida al servicio público, al bien común, a la patria de todos. Que Chile sea una Mesa para todos», concluyó.
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