Rio de Janeiro (Viernes, 20-03-2009, Gaudium Press) La Academia Brasilera de Filosofía (ABF) acogió este pasado miércoles 18 al Sr. Obispo de Nueva Friburgo (Rio de Janeiro) y actual presidente de la Regional Este 1 de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil), Mons. Rafael Llano Cifuentes, como nuevo miembro efectivo y perpetuo, detentor del asiento 16, antes ocupado por el monje benedictino Mons. Estevan Bettencourt.
La ceremonia de posesión en la sede de la academia (Rio de Janeiro) contó con la presencia de autoridades eclesiásticas y civiles, entre ellas el Sr. Arzobispo de Niteroi, Mons. Alano María Pena, y su auxiliar Mons. Roberto Francisco Ferreira Paz; el obispo de Itaguaí, Mons. Fray José Ubiratán Lopes; los obispos auxiliares de Rio Janeiro, Mons. Edson de Castro Homen, representando al cardenal Mons. Eusebio Scheid, y Mons. Antonio Augusto Dias Duarte; el Alcalde de Nueva Friburgo, Heródoto Bento de Mello, además de varios sacerdotes e intelectuales.
El Jurista Ives Granda Martins, miembro de la ABF, hizo el discurso de recepción del nuevo académico destacando “la alegría de todos” al recibir al Sr. Obispo en la Academia y poder participar con él en la responsabilidad de mantener viva en Brasil la libertad de pensamiento.
Dijo que “el discurso de posesión de Mons. Rafael le sirvió a los académicos como un verdadero bálsamo, como una fuente de esperanza. Y en el mundo de hoy lo que más estamos necesitando es precisamente esperanza”.
La Academia Brasilera de Filosofía (ABF) fue fundada en 1.989 por decenas de filósofos de los más representativos de la Cultura brasilera, venidos de todos los Estados de la Federación, pero con predominio de la ciudad de Rio de Janeiro por definición estatutaria. Está estructurada como una institución sin fines de lucro o económicos y ya conquistó los títulos de utilidad pública Federal, Estadual y la Ley Municipal.
Iglesia y Filosofía
Mons. Rafael dedicó su discurso al análisis sobre la relación entre Iglesia y Filosofía, enfatizando que la religión y la filosofía no son dos dimensiones yuxtapuestas. “La filosofía fundamenta la teología, y la teología abre espacio a la trascendencia filosófica. Fe y razón deben estar siempre caminando juntas”, dijo.
En entrevista al periódico Testimonio de Fe, el obispo afirmó que “La teología debe tener una base racional. No se entiende, por ejemplo, decir que decir que Dios tiene una naturaleza en tres personas, si no es conocida la raíz filosófica del concepto de naturaleza y del concepto de persona. De otra parte, la filosofía no puede quedar circunscrita a las dimensiones horizontales del tiempo y del espacio. Debe tener una dimensión vertical de lo trascendente, de lo eterno, porque si no piensa en esa dimensión, estará convirtiéndose en algo que simplemente está encaminando al hombre para la muerte. La filosofía en este caso marcaría la ruta para el “hueco”. Esto es macabro, y la filosofía no tiene esa macabra finalidad. Por eso, no podemos entender el pensamiento humano sin esa verticalidad. Si no caminamos para Dios, para la eternidad, estamos simplemente encaminándonos para la muerte”, concluyó.
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