Aparecida (Miércoles, 13-07-2011, Gaudium Press) Fieles brasileños -y en el resto del mundo- devotos de Nuestra Señora de Aparecida testimonian esta semana el aniversario número 81 de la proclamación de la Virgen como patrona de Brasil.
Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida fue proclamada oficialmente patrona del país por medio de un decreto del Papa Pío XI el 16 de julio de 1930, después de que el pontífice acogiera un pedido hecho por los obispos brasileños.
La devoción mariana en Brasil se remonta a los portugueses, ganando fuerza con la aparición de la imagen de la Virgen que quedó conocida como «Aparecida», en el río Paraíba, en el año 1717. Pero fue solamente con la realización de un Congreso Mariano en 1929 que la proclamación de la Virgen de Aparecida fue llevada a cabo.
A partir de una iniciativa del entonces Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Sebastião Leme, y del Rector del Santuario de la época, el Padre Antão Jorge Hechenblaickner, los obispos participantes pidieron oficialmente la proclamación papal de Nuestra Señora de Aparecida como patrona de Brasil.
La proclamación oficial sucedió en la Plaza de la Explanada del Castillo, en Río de Janeiro, en la época todavía la capital federal, el día 31 de mayo del año siguiente. Cerca de un millón de personas acompañaron la ceremonia en Río. El entonces Presidente de la República, Getúlio Vargas, además de ministros y otras autoridades, también estaban presentes.
En la ocasión, la imagen fue transferida de San Pablo, donde era mantenida, para la ceremonia de proclamación en Río, en un traslado que comenzó el 30 y que, según historiadores, se transformó en una verdadera peregrinación.
«La imagen dejó su nicho y fue conducida por el pueblo de Aparecida hasta la Estación local. Preces, lágrimas y emoción acompañaban esta peregrinación histórica», describe el Padre Júlio Brustolini en el libro «Historia de Nuestra Señora Aparecida: La Imagen, el Santuario y las Romerías».
La consagración proferida por Mons. Leme fue repercutida por diversos medios de comunicación en la época:
«¡Señora Aparecida, Brasil es vuestro!
Reina de Brasil, bendice nuestra gente.
¡Paz a nuestro pueblo! ¡Salvación para nuestra Patria!
¡Señora Aparecida, Brasil os ama,
El Brasil, en vosotros confía!
Señora Aparecida, Brasil os aclama,
¡Salve Reina!»
Después de los actos de consagración y oración, Mons. Duarte llevó la imagen al auto-capilla, estacionado en la Estación Mons. Pedro II, con destino a Aparecida.
Con información del Santuario de Aparecida.
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