Ciudad de Panamá (Viernes, 15-07-2011, Gaudium Press) Con un llamado a los laicos a comprometerse «coherentemente en la vida política, económica y social» de Panamá concluyó la semana pasada la segunda Asamblea Plenaria Ordinaria anual de los obispos del país centroamericano. La exhortación fue hecha por los prelados en el mensaje final del encuentro que ocurrió del 4 al 8 de julio y en el que analizaron diversos temas sobre la realidad nacional y eclesial en Panamá.
«Nos preocupa la todavía escasa presencia de los laicos católicos comprometidos coherentemente en la vida política, económica y social. Se necesita fomentar estas particulares vocaciones así como ofrecer la adecuada formación y acompañamiento en este campo»; es el llamado de los Obispos panameños.
Razón por la cual, y animando a la participación en la Asamblea Nacional de Pastoral, que se celebrará del 13 al 16 de enero del 2012, los prelados confían tener en este evento «un gran impulso del espíritu misionero hacia todas las dimensiones de la vida», y al mismo tiempo ahondar en la conciencia de los fieles «de su pertenencia a una Comunidad de discípulos misioneros del Señor para que nuestro pueblo en Él tenga vida en abundancia».
Más adelante, en el mensaje, los obispos panameños también hicieron referencia sobre la vida, el matrimonio y la familia, recordando que uno de los principales derechos que se deben defender «es el de tener una familia». En este sentido, los representantes de la iglesia en Panamá refirman que el matrimonio «es una unión estable entre un hombre y una mujer con el compromiso de conformar una familia con determinados derechos y deberes».
Asimismo, recuerdan que la familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas «aprenden a conocer los valores que les guarán durante toda su vida». «Una sociedad que destruye a la familia se suicida. Quien promueve la familia, promueve al hombre; quien ataca a la familia, ataca al hombre», sentencian los prelados en el mensaje.
Los obispos también hacen referencia a la educación señalando que es necesario humanizarla tomando conciencia de la dignidad de la persona humana y de la responsabilidad que la educación tiene «en la búsqueda de los auténticos valores», destacando la búsqueda de la verdad y la apertura a la trascendencia, como valores que deben prevalecer.
«Nuestros niños y jóvenes tienen derecho a esperar días mejores, y eso sólo será posible si ponemos en sus manos las herramientas intelectuales, espirituales y morales que hacen del ser humano el protagonista de su historia. La irreparable pérdida de horas de clase no favorece a la calidad de la educación, amén de otros muchos inconvenientes que acarrea consigo», agregan los representantes de la Iglesia en Panamá.
Con información del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
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