Bogotá (Lunes, 18-07-2011, Gaudium Press) El pasado sábado 16 de julio, centenas de fieles de Bogotá se dieron cita en la Catedral Primada de Colombia para asistir a las diversas celebraciones que se realizan todos los años con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Desde las 7:00 de la mañana, hora local, hasta pasada la tarde, bogotanos participaron de las celebraciones eucarísticas, del sacramento de la reconciliación y se impusieron el Santo Escapulario en honor a la Madre de Dios.
Imagen de la Virgen del Carmen en la Catedral Primada de Colombia |
Esta conmemoración, que se realiza en la capital colombiana desde tiempos remotos, es una de las tradiciones cristianas más antiguas que tiene su origen en el Monte Carmelo, situado en el norte de Israel, donde el profeta Elías y su discípulo Eliseo vivieron y profetizaron.
Su devoción en Colombia se debe gracias al primer convento carmelita, que data de 1606 y estaba situado en lo que hoy se conoce como el «Camerín del Carmen» en el barrio colonial de La Candelaria de Bogotá.
En la Catedral bogotana este fervor y tradición nació gracias a Mons. Francisco Javier Zaldua, hijo del Presidente de Colombia Francisco Zaldua -mandatario colombiano durante 1882-, y gran devoto a Nuestra Señora del Carmen, quien prometió a la Virgen llevar la imagen, que anteriormente estaba situada en la Iglesia San Juan de Dios de la ciudad, hasta la Catedral y difundir su devoción si intercedía por la conversión de su padre, quien era un hombre de poca fe. Desde entonces esta tradición se expandió y se celebra ininterrumpidamente en la Catedral cada 16 de julio.
Entre las actividades principales que se realizan en esta conmemoración se destaca la imposición de los Escapularios a los fieles como símbolo de la protección de la Madre de Dios y un signo de su consagración a Ella. El Escapulario, que consta de dos pedazos de tela rectangulares de color café, que se unen con dos cordones y contiene cada uno una imagen -una de ellas representando a Nuestra Señora del Carmen-, es un signo de los Carmelitas que, según narra la tradición, fue entregado por manos de la misma Madre de Dios a San Simón Stock, General de la Orden Carmelitana, un 16 de julio de 1251 con una promesa: «quien muere revestido de este escapulario no perecerá en el fuego eterno».
Para esta conmemoración en Bogotá la imagen de Nuestra Señora del Carmen, que tiene si hogar en la Catedral Primada en la capilla que lleva su nombre, es trasladada al Altar Mayor para presidir todos los actos en su honor.
Además del templo bogotano, esta fiesta es especialmente vivida por el Ejército de Colombia y por los trasportadores del país, que tienen a la Virgen del Carmen como Patrona. Cada 16 de julio, así como los días anteriores y posteriores, centenares de caravanas de vehículos, decorados con banderas y globos azules y blancos, salen por las calles del país suramericano llevando la imagen de Nuestra Señora en una fiesta de gran alegría y expresión del fervor popular.
En diversas poblaciones del país, por su parte, la celebración es una de las expresiones y tradiciones más arraigadas, como es el caso de Villa de Leyva, municipio del departamento colombiano de Boyacá, donde trasportadores y campesinos de la región se reúnen en la plaza central del municipio, que se reviste para la ocasión de un mercado repleto de artesanías y golosinas de la zona.
Con información de la Catedral Primada de Colombia.
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