Ciudad del Vaticano (Lunes, 18-07-2011, Gaudium Press) El Santo Padre no se olvidó de Somalia en el Ángelus dominical, rezado en Castel Gandolfo. Después de recitar la oración mariana, Benedicto XVI habló ayer sobre la situación del país, que pasa por una de las sequías más severas en 60 años, e hizo un apelo por una «movilización internacional».
«Con profunda preocupación – dijo el Papa en italiano antes de saludar a los fieles en diversas lenguas – sigo las noticias provenientes de la región del Cuerno del África y en particular de Somalia, afectada por una gravísima sequía y después, en algunas zonas, también por lluvias fuertes, que están causando una catástrofe humanitaria. Innumerables personas están huyendo de aquella tremenda carestía a la búsqueda de alimento y ayuda».
El Pontífice pidió a la comunidad internacional «solidaridad y una concreta ayuda de todas las personas de buena voluntad», en particular una «movilización internacional para enviar auxilio a estos nuestros hermanos y hermanas ya duramente probados, entre los cuales hay diversos niños».
La Iglesia Católica acompaña desde el inicio las trágicas noticias de Somalia con iniciativas concretas. Una de las ayudas llegó de parte del Santo Padre: fueron puestos a disposición 50 mil euros al obispo de Djibouti y administrador de Mogadiscio, Mons. Giorgio Bertin, a través del Pontificio Consejo «Cor Unum», justamente en el día del 40° aniversario de fundación del dicasterio.
Según Mons. Bertin, más de 12 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre.
El drama de la situación fue descrito el viernes pasado por Padre Lombardi en la Radio Vaticana:
«La sequía que alcanzó la región del Cuerno de África creó una situación dramática de emergencia humanitaria de la cual la población somalí es la principal víctima. Hambre y sed llevan a innúmeras personas a una búsqueda desesperada de ayuda, huyendo también hacia países fronterizos, cuyos campos de refugiados llegan casi a dos mil personas por día. Se habla de extenuantes marchas a pie bajo amenaza y ataques de predadores y niños atacados hasta por grupos de hienas».
En la ocasión, Padre Lombardi lamentó la situación caótica y desgobernada en que se encuentra el país. «Hace veinte años el país está sin un guía, delante de su costa se extiende la piratería y muchos operadores humanitarios tuvieron que abandonar su trabajo por causa de la violencia y las amenazas de las cuales son objeto».
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